viernes, 3 de julio de 2015

Respeto y rectificación

En las conversaciones de la gente común, el tema político actual, acapara la mayoría de las voces. “Váyase con su Correa”, eso es lo que dijo un usuario de un taxi en Otavalo, al momento en que exigió detener el vehículo, para bajarse molesto, luego de que el chofer comentara a favor del gobierno. El secretario jurídico de la Presidencia de la República, Alexis Mera, según se conoce, fue expulsado del restaurante “Rincón de Francia” en Quito. Durante una sesión de la Asamblea de Médicos de Pichincha, profesionales de la salud expulsaron al viceministro de Salud, David Acurio. Estos hechos, que no son aislados por cierto, a pesar de la miopía del Gobierno Nacional, ponen en evidencia, lo caldeado que está la confrontación política en el país.

Me atrevería a decir que las últimas movilizaciones en contra del Gobierno, son más numerosas, que las que en su momento terminaron con el gobierno de Lucio Gutiérrez. Incluso en palabras de alguna asambleísta del oficialismo, tienen una carga más fuerte de resentimiento. A pesar de que el grito es “fuera Correa, fuera”, el pueblo no quiere una interrupción democrática, peor aún, tal como lo han afirmado voceros del Gobierno, está en una confabulación golpista; lo que el pueblo exige es respeto y rectificación, hasta el último minuto de su mandato, sin la mínima tentación de perpetuarse en el poder; de ahí sí, que se vaya tranquilo a su casa.

Cualquier conflicto social es lamentable y grave, nadie que sea medianamente responsable, podría vanagloriarse del mismo; pero la protesta callejera es una salida, es un recurso extremo valedero, ante el divorcio producido entre sociedad y gobernante. Cuando la imposición y el abuso se convierten en normas de gobierno, cuando las instancias democráticas no son funcionales para el diálogo de doble vía con los sectores organizados y pueblo en general, la  movilización se convierten en un recurso de contención, frente a la avalancha del poder.

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