viernes, 6 de febrero de 2009

Sociedades originarias

Las sociedades originarias andinas, han permanecido por varios siglos, al margen de los estados nacionales, ocultos e ignorados. A pesar de esta situación estas sociedades han sobrevivido con muchos de sus particularidades culturales, que en alguno de sus casos se han adaptado a formas occidentales, esencialmente al cristianismo; como la dualidad andina, necesaria dentro de la armonía cósmica.

Dentro también de la cosmovisión o pachasofía andina, el runa (ser humano) concibe el tiempo y el espacio en un constante ir y devenir de las cosas, visión cíclica que para un entendimiento sencillo, se lo representa con el churo (línea circular que no tiene un final establecido). En esta situación cósmica constante, está el retorno del tiempo (pacha-kutik), en la cual la vida del ser andino, se rige por periodos de tiempo, de luz y de oscuridad, intercalados cada 500 años.

Acaba de concluir un periodo oscuro para los pueblos originarios, para el Ecuador en particular, la línea divisoria de este periodo fue claramente el levantamiento indígena de 1990. A partir de esa fecha el runa andino se ha convertido en un sujeto activo del convivir político nacional.

Es responsabilidad de todos nosotros, quienes nos consideramos con orgullo andinos, de canalizar adecuadamente este resurgimiento, desterrando cualquier resentimiento histórico o cualquier otro sentimiento negativo, que nos puede perjudicar a nosotros mismos como pueblos originarios.

Más que todo es responsabilidad del estado nacional y su gobierno, construir ese país de todos y para todos quienes vivimos en este espacio geográfico e histórico; aquel estado plurinacional y pluricultural que reza nuestra nueva constitución, en donde todos juntos construyamos una sociedad de inclusión y de diálogo en este nuevo tiempo de luz.