El fin último de nuestras vidas, como se ha repetido, es
“ser felices y hacer felices a los demás”. Es necesario dar un nuevo enfoque a
nuestra existencia, mientras tengamos la oportunidad de hacerlo. Expresar un
“te quiero”, un “te amo” a nuestros seres queridos; brindar un abrazo, un
saludo fraterno a nuestros amigos y familiares, saber perdonar las
equivocaciones y también saber pedir perdón por nuestras malas acciones.
Compartir juegos con nuestros pequeños y ser testigos privilegiados de su
crecimiento personal. Conquistar una buena amistad con nuestros adolescentes.
Saber divertirse, pero también saber equilibrar nuestras vidas con hábitos
saludables como el deporte. Lograr que nuestros niños se sientan amados y
seguros, al igual que nuestros mayores. Madrugar hacia un lugar predilecto para
poder contemplar toda la magnificencia de un nuevo amanecer, escuchar la dulce
y fascinante melodía de la naturaleza pura. Mirar el cielo nocturno y poder
contemplar la grandiosidad del cosmos; son pequeñas y sencillas cosas que nos
harán descubrir, lo bella que es la vida.
viernes, 23 de febrero de 2018
Vida pasajera
Casi nunca reflexionamos sobre nuestro breve paso por este
mundo. Muchas veces nos sumergimos completos en nuestras actividades
económicas, en nuestro trabajo. Planificamos a largo plazo y nos enfocamos en
cumplir esas metas, muchas veces sin importar a qué costo. Muy seguido nos
convencemos erróneamente de que el éxito personal y familiar, se centra en el
éxito económico y material. Cuan equivocados estamos al darnos cuenta, de que
nuestra existencia es frágil y relativamente corta, como para desperdiciarla en
suntuosidades. Existe otra manera de ver el mundo, aunque la sociedad actual
tenga algunos antivalores prestablecidos, que se han hecho una especie de norma
común, y que en algún momento es necesario romper; esa manera de concebir la
vida, se centra en la felicidad minimalista, en disfrutar cada momento de la
vida como si fuese el último, sin complicación alguna.
viernes, 16 de febrero de 2018
Nuestro deficiente sistema educativo
No podemos dar más vueltas, el sistema educativo ecuatoriano
es muy deficiente. El régimen anterior trató seguramente con buenas
intenciones, de revertir esta situación, mediante una serie de cambios a nivel
administrativo y una importante inversión en infraestructura; con el afán de
modernizar la educación. Desde el gobierno se pensó que, construyendo edificios
modernos con buen equipamiento, organizando zonas, distritos y circuitos
educativos, con gente afín a su movimiento político; se podría cambiar la educación
ecuatoriana. Todos estos cambios fueron o son severamente cuestionados por
diferentes expertos en temas educativos, que bien parecen tener toda la razón.
Mejorar el sistema educativo de un país, no es una tarea fácil, involucra años
de estudio y planificación, y los resultados serían medibles a largo plazo.
Lamentablemente los ecuatorianos hemos desperdiciado la gran oportunidad de
iniciar una verdadera reforma educativa, que nos lleve hacia esa luz del
conocimiento y el entendimiento, que tienen países muy avanzado en este tema,
como Finlandia, Noruega, Suecia, Corea del Sur, Japón o Singapur.
En nuestro país no terminamos en develar los espeluznantes
casos de abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes, que se han cometido en
establecimientos educativos públicos y privados del país; que no sabemos a
ciencia cierta, por qué fueron ignorados por las autoridades educativas del
régimen anterior. En un país donde ni siquiera podemos garantizar la seguridad
de nuestros niños y niñas, peor podríamos iniciar una reforma educativa acorde
a las nuevas tendencias de la pedagogía contemporánea. Hace poco pude conversar
con un niño colombiano refugiado de 8 años, y quedé sorprendido de su carácter
y madurez para tan corta edad. Eso es lo que queremos que nuestro sistema
educativo produzca: niños y niñas inteligentes, seguros, alegres y solidarios.
Porque son ellos quienes tendrán la gran tarea de cambiar nuestras naciones,
tan venidas a menos.
viernes, 9 de febrero de 2018
Pawkar Raymi
Bajo el influjo del impredecible clima de febrero, varias
comunidades kichwas de Otavalo, destapan sus mejores galas, para celebrar el
Pawkar Raymi, la fiesta del florecimiento. Más que una celebración de raíces
ancestrales, es una época de recreación, donde el deporte, la música, la
cultura, tienen una especial atención. Tiempo en que los ayllus se reencuentran
para compartir sus alegrías. Desde que en la comunidad Agato se dio inicio,
hace más de medio siglo, tal como se concibe la fiesta actualmente; muchas han
sido las comunidades kichwas que lo han replicado, siendo la más importante, la
de Peguche; donde prácticamente se ha institucionalizado un repertorio festivo
completo. Muchos artistas y grupos de renombre internacional, han desfilado por
sus escenarios, y es el evento más concurrido.
Por cuestiones logísticas el Pawkar Raymi es festejado en el
feriado de Carnaval, ya que la fecha exacta estaría alrededor del equinoccio,
el 21 marzo. La fiesta en un principio giraba entorno a un campeonato de fútbol,
pero más tarde intelectuales kichwas dieron un importante aporte, en el sentido
de retomar prácticas ancestrales como el “tumarina” y dar un trasfondo
eminentemente cultural andino, con el objetivo de fortalecer nuestras prácticas
culturales y revitalizar la identidad kichwa Otavalo. Actualmente existen
serios cuestionamientos, en el sentido de que el Pawkar Raymi se ha convertido,
en un evento meramente comercial y folclórico. Sea cual fuere la situación,
enfatizamos que también es una oportunidad para que se abran espacios de
diálogo y debate, dentro de las comunidades; para definir la ruta que debemos
trazar en cuanto a logros culturales y objetivos comunes, que beneficien a nuestras
comunidades kichwas, como entidades étnicas.
En fin, después de una agobiante etapa política,
caracterizada por prácticas deprimentes, esperemos que el Pawkar Raymi y el
feriado de Carnaval, sea un aliciente para retomar la fraternidad y la alegría
entre todos. Felicidades a todos y todas.
viernes, 2 de febrero de 2018
Relajo político
Sea como sea, nunca se debería tolerar la violencia ni la
delincuencia. Efectivamente, el expresidente Rafael Correa es un político que
despierta pasiones, pasiones que en estos últimos años han sido cultivados
intencional o ingenuamente desde las esferas más altas del poder, mediante
diferentes mecanismos, la más conocida: la propaganda oficial. Pero el sentido
y la inteligencia del común, sabe y dice que al “sembrar vientos, se cosechará
tempestades” o el que dice que “Quien a hierro mata, a hierro muere”, dando a
entender que nuestras acciones tendrán repercusiones que nos afectarán a
nosotros mismos. Los últimos sucesos ocurridos contra el expresidente Correa en
Quinindé, en el que tuvo que salir de una emisora radial, en medio de
incidentes y apresurado, bajo resguardo policial, es realmente preocupante y
condenable. Sin la mínima intención de justificar estos hechos, vale recordar
que fueron el mismo Correa y los correístas, quienes han incitado a la
violencia verbal desde hace tiempo. Fueron ellos los que destrozaron y rayaron
las instalaciones de Alianza País en Quito, son ellos quienes tiempo atrás
llamaban a respetar la propiedad privada y pública, quienes ahora rayan paredes con
pinturas, incluso sin respetar los monumentos públicos.
Es lamentable ver a un expresidente tratado de esta forma.
Mejor dicho, en un mundo civilizado, nadie debería ser tratado de esta forma.
Alguien que vive en Estados Unidos manifestaba que, cómo era posible que un
expresidente ande haciendo campaña en contra de un presidente, sería como ver a
Barack Obama haciendo relajo por todo el país, en contra de Donald Trump. Estas cosas creo que solo pasan en países tercermundistas como el
nuestro, donde no terminamos de cimentar férreamente la institucionalidad
democrática del Estado ecuatoriano. Es momento de virar esta vergonzosa página
de nuestra historia, donde el bribón del barrio hacía de las suyas, y seguir
adelante.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)