miércoles, 9 de mayo de 2012

Entre socialismo y capitalismo

Mantener un discurso izquierdoso, antimperialista, en las actuales circunstancias en que el éxito económico del país socialista más grande del mundo, como es China, radica en la aplicación del capitalismo; suena a demagogia pura. China si por hoy no goza de una hegemonía política global, sus capitales que recorren el mundo, hacen hablar ya del imperialismo económico chino.

Cuba un país donde se ha sacrificado la libertad por el amor a la revolución, ha liberado la posibilidad de que su gente comience con pequeños negocios propios, incluso puedan gestionar recursos o préstamos pequeños en el banco, para florecer su incipiente programa capitalista. Es que el Estado, cualquiera que este sea, no puede asumir la responsabilidad de mantener a todos, es necesario e indiscutible la libre empresa, más que todo en las actuales circunstancias, donde la globalización responde al statu quo mundial vigente.

La responsabilidad del Estado y del poder político es garantizar la seguridad y bienestar a todos sus habitantes, hombres y mujeres. Ciertamente el papel estatal se resume en una suerte de padre y árbitro, para con sus ciudadanos. El Estado es un contrato social que pertenece a la sociedad, como tal se renueva según la necesidad histórica y es contrario a la autocracia o cualquier manifestación de autoritarismo.

Bien dice el dicho que “El diablo sabe más por viejo, que por diablo” y como viejo o diablo Winston Churchill decía que “Quien no es socialista a los veinte es porque le falta corazón, quien sigue siendo socialista a los cuarenta es porque le falta cerebro”. Los sistemas económicos no son perfectos, más aún si se tornan extremistas. Es condenable tanto el capitalismo voraz,  esclavizante y salvaje; como el socialismo irreal, insostenible y deprimente. Personalmente no me quedo con ninguno; a pesar de que tengo una amplia simpatía con el socialismo nórdico (socialdemocracia), anhelo encontrar un modelo económico basado en la libertad, el respeto y la solidaridad. 

lunes, 7 de mayo de 2012

Un personaje relevante



Sacha Rosero es un “runa otavalo”, un personaje muy conocido dentro de la comunidad de Peguche, como también dentro de la comunidad kichwa de Barcelona (España); y por hoy un personaje de relevancia provincial y por qué no decirlo nacional. Hace poco tuvo la osadía de extenderle la mano al Presidente de la República, intercambiar algunas palabras y entregarle un documento.

No acostumbro echar flores ni laureles a quien sea, pero este caso, es uno de esos muy excepcionales, en donde dejarlo pasar desapercibido sería una injusticia. Mashi Sacha al igual que otros otavalos, emigró hace ya varios años y se radicó en Barcelona, donde existe una respetable comunidad kichwa, procedente de Imbabura. Como sucede con muchos inmigrantes, fue lejos de la llakta donde se rencontró consigo mismo, con sus raíces, con su identidad; dueño y administrador de la comunidad virtual otavalosonline.com, es la persona que se ha encargado de crear un vínculo tecnológico entre los otavalos que están fuera del país y los que estamos aquí en la llakta, en nuestra tierra.

Pero todo esto no es nada en comparación con la extraordinaria visión que tiene, con respecto a la revitalización del idioma kichwa; actualmente declarada por la Unesco, como una de las lenguas en peligro eminente de extinción. Inspirado en la experiencia de revitalización del euskera, idioma del pueblo vasco, Sacha ha tomado la decisión de embarcarse en una tarea titánica similar, un proceso de nada menos que de 50 años. Varios nos hemos sumado a esta tarea; sin recursos, sin dinero, muchas veces con nuestro propio aporte, hemos dado inicio al proceso de revitalización, primeramente con una campaña de concientización sobre la perdida del uso del kichwa en Imbabura; el camino está abierto, necesitamos más aportes.

Lo que ni las organizaciones indígenas han podido concebir, más peor aún las autoridades y el poder político; nace esta idea, esta predisposición de comenzar a luchar, por la sobrevivencia misma de los kichwas, una decisión que se origina desde el corazón y alma de nuestra gente.

La resistencia indígena en el Ecuador

La resistencia indígena en lo que hoy es llamado Ecuador , comienza a principios del siglo XVI, con Rumiñahui, general de los ejércitos de Atahualpa, gran protagonista en la guerra civil librada por el monarca quiteño y su hermano Huascar. Rumiñahui, ante el asesinato de Atahualpa en Cajamarca, organiza rápidamente al  ejército quiteño y en la batalla del Nudo de Tío Cajas, estuvo a punto de vencer a los invasores comandados por Sebastián de Benalcázar, a no ser por la erupción del Tungurahua;  su temple recio e indomable no se doblegó ni ante las bárbaras torturas, ni ante la hoguera mortal de sus verdugos; hoy reconocido como héroe nacional, Rumiñahui es el símbolo continental de la resistencia indígena y la lucha por recuperar la tierra de sus ancestros.

La historia ecuatoriana está llena de héroes indígenas que lucharon por preservar su legado, como el caso de Jumandi, quien libró una tenaz lucha para defender la heredad de los Quijos ante la invasión ibérica; otro de los héroes, Daquilema que junto a Manuela León en 1871, puso en jaque al gobierno de García Moreno, al organizar una de los alzamientos indígenas más sonados de nuestra historia. Muchas fueron las luchas indígenas de resistencia ante el poder constituido que oprimía a los pueblos y naciones, como los ocurridos en Riobamba en 1764; Gualaceo en 1768; Cotacachi en 1777; Guano, Otavalo y Cayambe, en 1778; Alausí en 1781.

En tiempos actuales la resistencia indígena en el Ecuador se capitalizó con el Levantamiento del Inti Raymi en 1990, re-direccionando prácticamente la historia ecuatoriana; además de que este hecho  tuvo un impacto regional, marcaría el inicio de un actor político más en la vida del Estado ecuatoriano, el de los pueblos y nacionalidades ancestrales.

Hoy, ante el acoso de las mineras a los territorios indígenas, ante los descalificativos del gobierno contra los pueblos, ante la fiereza autócrata; la resistencia indígena continúa, esta vez con “La marcha por el agua, la vida y la dignidad de los pueblos”, convocada para el 8 de marzo.