martes, 30 de diciembre de 2014

Nuevos vientos en Cuba

La revolución cubana de 1959, en su momento representó un duro revés político para la hegemonía de Estados Unidos en América Latina. Después de la Segunda Guerra Mundial, habían emergido dos superpotencias, que en los años posteriores no vacilarían en pretender implantar sus respectivas ideologías políticas y ostentar el dominio global; se había iniciado la llamada Guerra Fría entre el bloque socialista soviético y el bloque occidental capitalista liderado por Estados Unidos. En estas circunstancias parecía increíble que un grupo de jóvenes barbudos revolucionarios, ponía en jaque el poder imperial estadounidense, ante sus propias narices, a escasos kilómetros del territorio norteamericano, hasta el punto de poner al mundo al borde de una guerra nuclear. Ventajosamente el sentido común se impuso ante los líderes mundiales, para contrarrestar una catástrofe de la que nadie hubiese salido victorioso.

Frente a los ajetreos de la geopolítica, la revolución cubana salió victoriosa, incluso después de una intervención militar sobre la isla, patrocinada por la misma tenebrosa CIA. Este triunfo generó mucha alegría y esperanza en los sectores populares y clases desposeídas de toda Latinoamérica, e incentivó a que los revolucionarios de la región tomen el modelo cubano de lucha, para captar el poder y ofrecer una alternativa de Estado y modelo económico tendiente a eliminar la explotación y la marginalidad. El modelo socialista cubano dio en su momento una gran lección de dignidad a los pueblos del mundo, en el sentido de que se puede luchar por una independencia total y la autodeterminación. Pero ese modelo idealizado en su momento, se había petrificado en un radicalismo totalitario, para enfrentar amenazas internas como externas a su revolución, luego terminaría desfigurándose dentro de la dependencia e influencia soviética.

Para la degradación económica y política de Cuba, tuvo su golpe certero, el embargo comercial, económico y financiero contra la isla, por parte del gobierno de los Estados Unidos, quienes dolidos en su orgullo, no tuvieron contemplación alguna en condenar y sancionar al pequeño país caribeño. Un bloqueo monstruoso, como decían sus líderes, que ha durado más de medio siglo de vigencia, y recién a estas alturas cuando ya sus dirigentes están en la decrepitud, se avizora señales de su eliminación. Efectivamente en estos días con la liberación de Alan Gross exfuncionario de la USAID y de tres cubanos acusados de espionaje, el presidente Barack Obama hizo uno de los anuncios más importantes de su gestión en términos políticos, que es la de reanudar las relaciones diplomáticas con Cuba, dando así una vuelta de página a una historia de medio siglo de acusaciones mutuas, que entrelazan temas de espionaje, política internacional, democracia y respeto a los derechos humanos.


A pesar de que las opiniones al respecto como siempre estarán divididas, considero que es la mejor noticia para cerrar el presente año. Éste, es un paso importante para que las puertas de la isla se abran al mundo y viceversa, para que los cubanos tengan más oportunidades y libertad en cuanto al modelo de Estado que quieren dejar a sus hijos. Para que realmente puedan evaluar y revaluar a sus dirigentes, los logros y los fracasos de aquella revolución que demandó de grandes sacrificios a sus connacionales.     

jueves, 18 de diciembre de 2014

La casa de la Conaie

Es increíble cómo una serie de desaciertos políticos al interior del movimiento  que gobierna el país, va debilitando su hegemonía y popularidad en los últimos años. El pedido de desalojo de la sede de la Conaie, por parte del gobierno nacional, así lo evidencia. Entiendo que muchos líderes sociales alrededor de Latinoamérica incluso, se han solidarizado con la máxima representación del movimiento indígena ecuatoriano, y no era para menos, la Conaie con sus errores y aciertos, constituye el producto de luchas históricas que se gestaron hace muchísimos años, con el patrocinio de líderes indígenas y no indígenas como Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña o el mismo Monseñor Leonidas Proaño, que en su tiempo cuestionaron el sistema de explotación y marginación a los que se sometía a las poblaciones indígenas, de manera oficial desde la época de la colonia.

Una gran pregunta de mama Lourdes Tibán, a la que me sumo, es el ¿qué dirán los y las expachakutik -brazo político de la Conaie- que ahora están de Felipillos con el poder? Ahí desfilarían una serie de nombres como la de Virgilio Hernández, Doris Solís, Miguel LLuco, Gilberto Talahua, Ricardo Ulcuango y la misma señora Gabriela Rivadeneira entre muchísimos otros más. El libreto sobre esto ya es conocido, se someterán a una reverencial venia ante el todopoderoso, bajo aquel cansón discurso de la defensa del susodicho “proceso revolucionario”. Estamos seguros que la historia será justa y sabrá juzgarlos correctamente.


Pero esto deja un sabor amargo. Los pueblos originarios y sus representantes tratados como extranjeros en su propia tierra. ¿De qué plurinacionalidad podemos hablar, mientras unos hacen fiesta con los recursos extraídos de las entrañas de nuestra madre tierra y otros no tengan ni siquiera para el “arriendo” y peor aún una sede propia donde funcionar? Claro que algún frívolo, de esos que hay muchos, podrían decir que como cualquier organización o asociación tienen que gestar su casa con sus propios recursos; pero aquí no estamos hablando de una asociación cualquiera, sino de una representación de una nacionalidad reconocida dentro del texto constitucional.  

Democracia degradada

No nos engañemos, en los últimos años en el Ecuador la democracia se ha degradado. Hace unos ocho años, una mayoría abrumadora de ecuatorianos y ecuatorianas, cansada del viejo juego político de la llamada “partidocracia”, apoyó un nuevo proyecto político y electoralista de un grupo de jóvenes e intelectuales de izquierda, que ante la caída del bloque socialista en Europa y aparentemente el derrumbe ideológico de la izquierda universal, no habían perdido las esperanzas de captar el poder y dar una alternativa de gobierno, ante el fracasado modelo neoliberal que se habían impuesto, años atrás en toda la región. Al escuchar como propuesta el llamado a una asamblea constituyente y la refundación política del Estado ecuatoriano, con  una participación mayoritaria de sectores que fueron tradicionalmente marginados de la vida política del país, hizo palpitar muchos corazones y avizorar nuevos horizontes, mientras el brillo de nuestros ojos aumentaba.

Los años han pasado y se han realizados cambios muy importantes en el país. Pero nuestra representatividad política se ha tornado sórdida y maliciosa. Nuestros representantes ante el poder político, han robado la primicia de la verdad absoluta y se han alejado en forma abismal de su pueblo; para guarecerse en la embriaguez del poder y del servilismo, que los hace pensar, que son los elegidos de la profecía histórica de nuestro país e incluso más allá. Todos sabemos que el poder embrutece y que se necesita ser sumamente cauto, para no caer en la maraña de la soberbia, el egocentrismo y la malicia. Nadie puede atribuirse el conocimiento supremo, la inteligencia absoluta o la representatividad total, en el “arte” de gobernar un pueblo; si pensamos de esta manera, estamos frito y próximos a quemarnos.

Qué pena mirar a un grupo de jóvenes ecologistas, arrodillados y con las manos arriba frente al autobús de la Caravana Climática, acosados infamemente por la Policía Nacional, a su paso por el Ecuador, hacia la cumbre ambientalista COP20, que se realizó en Lima. O la actitud chabacana del máximo de la cancillería, quién dijo que “Si alguien quiere visitar nos avisa y si nosotros queremos lo aceptamos…”, al negar la entrada a un grupo de congresistas alemanes interesados en conocer de cerca el caso Yasuní; pone en evidencia la exagerada arrogancia con la que se puede mirar desde las alturas del poder.  Por último la pretensión del gobierno con la orden de desalojo a la sede de la Conaie en la ciudad de Quito, que hace más de 20 años, algún gobierno de sensibilidad social puso a nombre de la máxima organización indígena del país, nos deja en claro que la intención del gobierno es desmantelar todo rastro deliberativo, frente a cualquier decisión oficial. 

Con una prensa libre acosada, las instituciones del Estado más subordinadas al líder que a la legalidad, indígenas minimizados, estudiantes presos, consultas populares a la carta y el deseo de perennizarse en el poder; es fácil pensar que ya no velarán por los intereses del pueblo, sino del suyo propio y de su grupo servil. Así, claro que nuestra democracia se ha degradado.    

La virgen morena

Uno de los fenómenos sociales y religiosos más admirables de nuestra América profunda, es sin lugar a dudas, el culto a la Virgen de Guadalupe de la ciudad de México. Más allá de la creencia divina y el milagro que es una cuestión de fe, el fenómeno Virgen de Guadalupe, tiene su origen en la conflictividad religiosa y política que demandó la conquista de los pueblos amerindios por parte de los españoles. De acuerdo a la tradición mexicana, en 1531 la Virgen María se apareció cuatro veces al indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro de Tepeyac, y se atribuye a un milagro, la revelación de la imagen en el  ayate o manta de Juan Diego, y se mantuvo así uno de los grandes misterios de todo México, país creyente y Católico por tradición.

En cuanto al origen de la imagen, se puede especular a dos sectores interesados, que pudieron ser sus gestores: se conoce que en la época precolombina en el cerro de Tepeyac, se veneraba a la diosa mexica de nombre Tonantzin, que significa “nuestra madre” y pudo haber sido una reconfiguración de aquella divinidad aborigen, para ser venerada dentro del canon cristiano católico, sin mayores contratiempos; así pudo haber sido una creación nativa. Su aspecto morena y el simbolismo encontrado en el grabado de la virgen, así lo sugieren. Por otro lado, también pudo haber sido una recreación de la Virgen María, más apegada a la realidad mexicana, con el objetivo de calmar a las masas, ante una posible rebelión en contra de la nueva religión impuesta y el dominio peninsular en tierras aztecas.


En todo caso, sea cual fuese el motivo de su origen, no hay duda de que la pintura es un “milagro” de algún habilidoso mortal. Los creyentes mexicanos y latinoamericanos se encargaron de convertir la figura de la Virgen de Guadalupe, en una divinidad real, como la patrona del sincretismo religioso americano y del mestizaje. Se dice que “la fe mueve montañas” y esa es la fe que mueve la esperanza y los corazones de millones de personas, que depositan su amor y su devoción, ante la Virgen Morena alrededor de todo el mundo. Hoy es su aniversario y se recuerda la última de sus apariciones ante el mítico Juan Diego.