jueves, 18 de diciembre de 2014

La casa de la Conaie

Es increíble cómo una serie de desaciertos políticos al interior del movimiento  que gobierna el país, va debilitando su hegemonía y popularidad en los últimos años. El pedido de desalojo de la sede de la Conaie, por parte del gobierno nacional, así lo evidencia. Entiendo que muchos líderes sociales alrededor de Latinoamérica incluso, se han solidarizado con la máxima representación del movimiento indígena ecuatoriano, y no era para menos, la Conaie con sus errores y aciertos, constituye el producto de luchas históricas que se gestaron hace muchísimos años, con el patrocinio de líderes indígenas y no indígenas como Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña o el mismo Monseñor Leonidas Proaño, que en su tiempo cuestionaron el sistema de explotación y marginación a los que se sometía a las poblaciones indígenas, de manera oficial desde la época de la colonia.

Una gran pregunta de mama Lourdes Tibán, a la que me sumo, es el ¿qué dirán los y las expachakutik -brazo político de la Conaie- que ahora están de Felipillos con el poder? Ahí desfilarían una serie de nombres como la de Virgilio Hernández, Doris Solís, Miguel LLuco, Gilberto Talahua, Ricardo Ulcuango y la misma señora Gabriela Rivadeneira entre muchísimos otros más. El libreto sobre esto ya es conocido, se someterán a una reverencial venia ante el todopoderoso, bajo aquel cansón discurso de la defensa del susodicho “proceso revolucionario”. Estamos seguros que la historia será justa y sabrá juzgarlos correctamente.


Pero esto deja un sabor amargo. Los pueblos originarios y sus representantes tratados como extranjeros en su propia tierra. ¿De qué plurinacionalidad podemos hablar, mientras unos hacen fiesta con los recursos extraídos de las entrañas de nuestra madre tierra y otros no tengan ni siquiera para el “arriendo” y peor aún una sede propia donde funcionar? Claro que algún frívolo, de esos que hay muchos, podrían decir que como cualquier organización o asociación tienen que gestar su casa con sus propios recursos; pero aquí no estamos hablando de una asociación cualquiera, sino de una representación de una nacionalidad reconocida dentro del texto constitucional.  

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