jueves, 31 de octubre de 2013

Ciencia e indigenismo

A pesar de que la ciencia tiene su origen en la filosofía occidental, podemos enfatizar que éste, es un baluarte universal. Discrepo totalmente a las visiones de ciertos líderes indigenistas, que tratan de despreciar la ciencia por relacionarla con el modo de vida y la civilización vigente en el mundo. La ciencia es conocimiento y el estilo de vida es más bien un asunto político, por lo que es injusto vincularla íntimamente. Los conocimientos deberían complementarse en base a la hermandad y el progreso de la humanidad, desterrando las contrariedades, los prejuicios y los celos culturales.

Un ilustre visitante que anduvo hace poco por tierras ecuatorianas, el científico israelí y Nobel de Química Dan Shechtam, ante la pregunta sobre el éxito de Israel en el área científica, explicaba que en dicho país se presta mucha atención a la cuestión educativa, donde las universidades no solo son centros educativos, sino centros de investigación de alto nivel. Recordaba este hombre de ciencia, que en Israel existen apenas siete universidades a diferencia de las 56 que existen en el Ecuador, haciendo notar que el éxito no está en cantidad, sino en la calidad de la educación. Consideremos que Israel es un país más joven que el nuestro, territorialmente más pequeño, con un número de habitantes inferior al nuestro, que vive en zozobra y  en medio de un conflicto armado permanente, en un medio ambiente poco favorable; sin embargo ha logrado construir un liderazgo en términos globales.

Cuando aquí en el país, desde las élites intelectuales prejuiciadas, se cuestiona proyectos tan importantes como la Ciudad del Conocimiento Yachay o las escuelas del milenio, simplemente nos remitimos al asombro y la incredulidad. El sentido común nos dice, que sólo el conocimiento nos hará verdaderamente libres, y no podemos taparnos los ojos o pretender tener orejas de pescado, en pro de un discurso indigenista, naturalista o como quiera que se lo llamemos, que nos mantenga en bruto o sea en un estado natural totalmente inactivo.

Destino turístico

Para emerger como un destino turístico predilecto, primero hay que renovar la red vial y dotar de un buen sistema de señalización. Capacitar continuamente a los servidores turísticos, entre hoteles, restaurantes y afines, en busca de un óptimo servicio y amabilidad. Proyectarse con una visión ecológica y limpia. Fomento e incentivo a la cultura y tradiciones autóctonas. Organizar e institucionalizar eventos artísticos originales y de categoría internacional. Crear íconos monumentales de proyección internacional. Fomento e incentivo a la verdadera artesanía. Redireccionar el concepto arquitectónico acorde a la filosofía y tradición de su gente. Se puede buscar consultorías sobre el tema turístico, especialmente en otros países y ciudades que se ubican en el ranking más alto, como receptores turísticos reconocidos a nivel mundial. Una evaluación conjunta, realizada entre autoridades e involucrados, debe ser sistemática y permanente.

El cantón Otavalo tiene potencialidad para renovarse nuevamente como uno de los destinos turísticos más importantes del Ecuador. El mítico taita Imbabura con sus 4.630 msnm, ofrece una condición propicia para iniciarse en el andinismo. El Lago San Pablo, uno de los más grandes del país, puede ser aprovechado para cimentar un proyecto turístico de gran envergadura. Las lagunas de Mojanda que yacen abandonadas, pueden ser optimizadas para la pesca deportiva, el camping, el remo, entre otras distracciones. La frontera del sector de la Cascada de Peguche, puede ser ampliada con una reforestación adecuada. Crear un circuito ciclístico pavimentado, para incentivar el uso de la bicicleta y la práctica deportiva, puede ser otro de los atractivos turístico. En fin tantas otras iniciativas que merecen ser discutidas y analizadas en el trazo de una hoja de ruta, que permita alcanzar nuestros sueños.


Se acerca la época de campaña electoral y debemos estar atentos a las iniciativas y ofrecimientos de los candidatos y candidatas. Estas ofertas de campaña política, deben ser ejecutables y no fantasiosas. Como ciudadanos urbanos y rurales, estamos a la expectativa, ya es hora de que Otavalo se direccione al turismo y a la productividad.

lunes, 21 de octubre de 2013

Sistema judicial tribal

Al igual que en muchos pueblos indígenas o nativos de Alaska, como  los Inupiaq, los Yupik, o los Eyak, donde está vigente el sistema judicial tribal, incluso donde tienen su propia policía; aquí en Ecuador tenemos la Justicia Indígena, que se allana también al llamado derecho consuetudinario. Es importante resaltar que la Administración de Justicia Indígena, goza del mismo estatus jurídico que la Administración de Justicia Ordinaria, compuesta a diferencia de la otra, por un aparataje inmenso como miles de empleados, infraestructura y un millonario presupuesto.

El artículo 171 de la Constitución de la República del Ecuador es claro: “Las autoridades de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales, con base en sus tradiciones ancestrales y su derecho propio, dentro de su ámbito territorial, con garantía de participación y decisión de las mujeres”. “El Estado garantizará que las decisiones de la jurisdicción indígena sean respetadas por las instituciones y autoridades públicas.” 

El Código Orgánico de la Función Judicial, en el artículo 344 anota que “La actuación y decisiones de los jueces y juezas, fiscales, defensores y otros servidores judiciales, policías y demás funcionarios públicos, observarán principios como el de la diversidad…Lo actuado por las autoridades de la justicia indígena no podrá ser juzgado ni revisado por los jueces y juezas de la Función Judicial ni por autoridad administrativa alguna…En caso de duda entre la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción indígena, se preferirá esta última…”

El artículo 345 del mismo código orgánico dice también: “Los jueces y juezas que conozcan de la existencia de un proceso sometido al conocimiento de las autoridades indígenas, declinarán su competencia…Aceptada la alegación la Jueza o el  Juez ordenará el archivo de la causa y remitirá el proceso a la jurisdicción indígena.” Recalcamos que en la ciudad de Otavalo se ha reivindicado territorialidad con sus respectivas autoridades indígenas.

viernes, 11 de octubre de 2013

Crisis existencial y la felicidad

Ciertamente muchos habremos padecido una crisis existencial en alguna etapa de nuestras vidas. Enhorabuena haber trascendido un poco más allá de la trivialidad conceptual de lo que representa nuestra vida, nuestra existencia y haber divagado en aquel vasto universo de preguntas y respuestas. Pero salir airoso de esta etapa confusa de nuestra existencia es difícil, si no tenemos los suficientes insumos intelectuales para hacerlo, dentro de una intelectualidad entendida como sabiduría recabada no solamente en los bancos del conocimiento humano, sino también en la capacidad de poder percibir adecuadamente nuestro universo inmediato.

Sin haber alcanzado el nivel conceptual de la vida y de la felicidad de aquel monje que vendió su Ferrari, he osado en descubrir cuál es la razón de nuestra existencia, ¿Para qué estamos aquí en este mundo? ¿Cuál es nuestro propósito? Me he encontrado con varios amigos que buscan respuestas a estas preguntas y yo he sido enfático en responder para calmar sus aflicciones: El propósito de nuestra existencia es ser felices y hacer felices a los que nos rodean. Es la regla básica que construye y retroalimenta la felicidad de cada uno de nosotros.


En un mundo que sinonimia  el poder, el dinero y la fama con la felicidad; en un mundo lleno de egoísmos, es difícil centrarnos en la luz de este precepto, pero ahí está el reto y la respuesta, si queremos verdaderamente descubrir la genuina felicidad, en el círculo virtuoso de que para ser felices hay que repartir felicidad, que por cierto es una amalgama de sensaciones difícil de explicar. ¿Pero cómo hacer felices a los que nos rodean? La respuesta está en compartir. Por más pobres que seamos, tenemos mucho que compartir con los demás: una sonrisa, un saludo, brindar nuestra confianza, nuestra ayuda, nuestro cariño, nuestro amor sincero, nuestra comprensión. Bien decía San Francisco de Asís, que “Es feliz quien nada retiene para sí”

viernes, 4 de octubre de 2013

A propósito de la CAN

A finales de la década de los ochenta, Luis y María, artesanos comerciantes de una comunidad cercana a Otavalo, decidieron viajar- por tierra lógicamente-, a una ciudad fronteriza del Perú, con la idea de comprar algo de mercadería para variar y poder comerciar en la ciudad de Otavalo. A pesar de que muchos kichwas otavalos en ese tiempo ya habían llegado al otro lado del “charco”, en aquella época uno de estos viajes siempre era riesgoso; por muchos factores como por ejemplo: lejanía, desconocimiento, delincuencia y corrupción. Al llegar a su destino, Luis y María, al escuchar que en Lima existía una buena oferta, decidieron avanzar hasta la capital, cerca de llegar a Lima comenzó un calvario que nunca olvidarían en sus vidas. La pareja de otavaleños que apenas hablaban el español, fueron detenidos por documentación. María llevó la peor parte, porque solamente tenía la cédula de identidad y no el pasaporte; le enviaron a una cárcel con los delincuentes más contumaces en Lima. Sin dominio del español, sin contacto alguno que le pudiera ayudar, en un clima casi infernal, tuvo que sufrir terriblemente hasta que Luis, su esposo por medio de un abogado, pudiera sacarle en libertad, al cabo de una semana.

Cuento esta historia que es verídica para acusar que el Pacto Andino o la Comunidad Andina de Naciones o el Parlamento Andino, casi nada han hecho por una real integración de sus pueblos. En la actualidad se cava una zanja enorme en la frontera norte con Colombia, para separar estos pueblos hermanos. ¿Entonces de qué Comunidad Andina hablamos?, ¿de qué integración hablamos?, ¿dónde está la libre circulación de bienes y personas?

“La semana pasada, la canciller colombiana María Ángela Holguín informó que los gobiernos de la CAN decidieron en Lima la supresión del Parlamento Andino que tiene sede en Bogotá, porque se está creando a nivel de la Unasur una instancia similar.” Cuando escuchamos a los imbabureños Pedro de la Cruz y Silvia Salgado, quienes son parlamentarios andinos ecuatorianos, defender a este órgano meramente burocrático, pensamos no sé si equivocadamente, que solo defienden sus puestos de trabajo.