jueves, 18 de marzo de 2010

Gobierno vs movimiento indígena

Es necesario estar un tanto desligados del gobierno y del movimiento indígena, para tener una opinión justa e independiente, en este tira y afloje, en la que se encuentran los dirigentes indígenas y el gobierno; en esto, está claro que más que los intereses de la ciudadanía, entendido todos los ecuatorianos; están los intereses políticos de cada grupo.
Por un lado el gobierno se aferra tozudamente, a la idea de que son ellos, los salvadores de la Patria y no vacilan en ostentar su derecho a ser los únicos dueños de la verdad, al fin al cabo como ellos señalan el poder los han ganado en las urnas; desconociendo de esta manera cualquier posibilidad de participación de los diferentes actores sociales y políticos que existen en el país.
Con el presidente Correa a la cabeza, el buró político de Alianza País, dirime sobre cualquier tema de trascendencia nacional, como la ley minera, la de aguas, la de educación superior, la de comunicación, la de ordenamiento territorial y hasta el destino del Fiscal General de la Nación, Washington Pesantes.
El anhelo de los ecuatorianos por una verdadera participación democrática de vastos sectores sociales del país, en la construcción de un nuevo estado, ha quedado una vez más trunco; vaticino que regresaremos a aquel círculo vicioso, en donde los gobiernos sucesores deshacen lo hecho anteriormente.
Por otro lado el movimiento indígena no ha podido madurar políticamente en estos veinte años de protagonismo nacional, sus petitorios de tono etnocentristas, una vez más se centran en la intangibilidad de los recursos naturales de sus territorios, la educación bilingüe y la defensa de migajas como el Codenpe, entre otros.
Veo la necesidad de que el movimiento indígena debe hacer una recarga intelectual y política, más que una depuración debe refrescarse a nivel de su dirigencia nacional, recalco una vez más que se debe trabajar en la construcción de una propuesta que cimiente el nacimiento del marco legal, para la plena consecución del estado plurinacional.