viernes, 26 de junio de 2015

El maíz

El maíz se desarrolló dentro de la agricultura mesoamericana, hace más de seis mil años. Muchos investigadores creen que el maíz no fue domesticado, sino creado a partir del teocinte por los antepasados centroamericanos, prácticamente desde cero; realizando cruces, provocando mutaciones adecuadas, mediante un osado acto de manipulación biológica; según genetistas “posiblemente la primera y quizá la más grande hazaña de ingeniería genética lograda por el ser humano”, hasta obtener el maíz moderno. En el relato maya de la creación, el célebre Popol Vuh, los seres humanos fueron creados literalmente a partir del maíz. Fruto bendito también para las culturas andinas, hasta convertirse en el principal producto agrícola. Con la llegada de los europeos al continente americano, el maíz rápidamente se extendió por todo el mundo, hasta convertirse en el producto número uno de producción agrícola, hoy realizada en cantidades industriales.

El maíz es una de las pocas especies agrícolas que tiene una diversidad mayor que la mayoría de las plantas silvestres. En México se han identificado más de cincuenta cepas híbridas, genéticamente diferenciables, de las que al menos treinta son nativas de Oaxaca. Una cepa híbrida es una familia de variedades locales, cada una de las cuales puede tener montones de “cultivares”, o variedades cultivadas. De la misma forma en Los Andes, existen muchas variedades del maíz, como el negro, rojo, amarillo, el morocho, para nombrar unas pocas. 

A partir del solsticio de junio, las comunidades originarias de Los Andes, rinden tributo a las cosechas, en especial a la cosecha del maíz, con una serie de festejos y celebraciones como el Inti Raymi, donde la gastronomía se basa en torno a este producto. Es sorprendente notar que con los granos del maíz, se puede elaborar una cantidad increíble de alimentos, entre las que se destacan, el mote, el tostado, la colada y la chicha de jora.

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