Gestor de un modelo político administrativo, reconocido y premiado a nivel mundial; no como otros que solo se han pasado periodos prolongados de administración municipal, solo “planificando”. Un hombre preparado para enfrentar cualquier clase de circunstancias y hacernos quedar bien a los runas; no como otros que apenas sabrán utilizar un retrete.
Un compañero de ideales claros y coherentes; no como otros
que ante la imposibilidad de pensar, encargan a otros que les den pensando. Un
mashi de un verbo lúcido y transparente, sea este en kichwa o en castellano; no
como otros que se han memorizado diez frases trilladas y pretenden ser
oradores. Auki es un político sin tapujos ni disfraces; no como otros que se
escuden tras las organizaciones, para politiquear y conseguir un “carguito” en
las esferas estatales.
Los pueblos y nacionalidades del Ecuador van cambiando como
cualquier sociedad, no son los mismos de hace 30 años, hoy existen jóvenes
dirigentes que entre la academia y el emprendimiento, han trascendido más allá
de su estrecha comunidad; profesionales, visionarios, quienes están en la
capacidad de realizar un aporte real, hacia la gestión del Estado
plurinacional. Pero también siguen aquellos inmutables de la vieja guardia
dirigencial, encerrados bajo la pesadez de la intransigencia política. La
verdad es que Auki estaba entre llamas y llamingos.
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