Ventajosamente se percibe que la gran mayoría de
otavaleños(as), lejos de tener cualquier diferencia con la actual
administración, por sentido común, apoya la construcción de las grandes obras,
entre ellas la construcción del nuevo mercado; que contrariamente a la creencia
de que podría perjudicar a alguien, beneficiará enormemente a nuestra ciudad en
su conjunto. Un mercado altamente comercial y digno tanto para vendedores y
usuarios; una zona turística de alta plusvalía para los vecinos del actual
mercado, serían algunas de sus bondades. Decir lo contrario dibuja claramente
un sentimiento mezquino y poco razonado, de los que ilusoriamente dicen tener
argumentos de contraposición. Son dos factores importantes los que han
producido esta situación de conflicto en torno a la construcción del nuevo Mercado
24 de Mayo: el desconocimiento, término que a algunos les gusta remplazar con
ignorancia, y la manipulación politiquera.
Hace mucho tiempo que algunos otavaleños(as), hemos soñado
con un cantón y una ciudad ordenada, limpia, turística y productiva; con
mercados amplios e impecables, parques y plazas de llamativa arquitectura; que
nos permita recuperar aquel Otavalo turístico de renombre internacional. Esa
debe ser la meta para cualquier político razonable que aspire la alcaldía de
Otavalo; rechazar esos ítems de desarrollo, o volantear afirmando que el actual
estadio de El Batán es un patrimonio cultural a preservarse, creo que responde
a un extraño sinsentido, quizá producido como decían nuestros coterráneos, por
dormir sin almohada.
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