sábado, 16 de diciembre de 2017

El manto de la justicia

En un hecho sin precedentes, el Tribunal Penal de la Corte Nacional de Justicia, ha sentenciado a ocho procesados, entre ellos al vicepresidente de la República en funciones, pero que no tiene ninguna función, Jorge Glas, a seis años de prisión, como culpables y autores de asociación ilícita, también deberán pagar 33,3 millones de dólares entre los ocho. Además, el juez Édgar Flores pidió a la Fiscalía que investigara otros siete delitos contra Glas y otros condenados; sin embargo, vale aclarar que esta sentencia es de primer nivel y los procesados han anunciado que apelarán el fallo.

Esperemos que este hecho judicial, marque un punto de quiebre en la muy cuestionada justicia ecuatoriana. Es conocido y sabido que la justicia siempre ha estado en manos de los grupos de poder, o políticos de turno que lo han utilizado a su antojo y capricho, para su acomodo o para perseguir a sus opositores. Más aún en estos últimos diez años, en donde todos los poderes del Estado, estaban supeditados a una sola persona, con el poder de un emperador. Seguiremos insistiendo que la independencia de poderes, es la mejor garantía para que la institucionalidad del país se fortalezca. Un sistema judicial independiente y transparente, es necesario para que los ecuatorianos todos, hombres y mujeres, podamos nuevamente creer en la justicia y la legalidad, que es la base fundamental para una convivencia social aceptable. Un sistema judicial que destierre la impunidad en cualquiera de sus formas.

Es el gran reto inicial del presidente Moreno, enrumbar al país en la democracia institucional participativa, revisar la efectividad o reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana, es urgente, para que ciudadanos de altísima probidad ética y sin vinculación partidista, ocupen la titularidad en los organismos más altos de control estatal. El manto de la justicia debe cubrir a todos en las mismas condiciones, a los de poncho o a los de cuello blanco.

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