viernes, 14 de abril de 2017

El reto de Lenín Moreno

Más allá de que las elecciones presidenciales fueron justas, transparentes y democráticas o, no; parece que las fichas ya están dadas, Lenín Moreno sería el presidente de Ecuador durante los próximos cuatro años, a menos que suceda algo excepcional en la vida política de nuestro país. Con una economía en recesión, altos niveles de endeudamiento, credibilidad fracturada, polarización política y el duro embate de la naturaleza; Ecuador no es el tipo de país con el que soñaría un político a punto de hacerse cargo de la primera magistratura. Moreno, hombre bueno pero de escasa experiencia política, a razón de que la vicepresidencia o su estancia en Ginebra no constituye justamente una escuela que pudiera pulir un político de quilates como se quisiera, tiene un gran reto histórico en sus manos. La prueba de fuego en una primera instancia sería la estabilización de la economía por un lado, y la estabilización política, entendida como una acción que contrarreste la polarización y la división, que se ha generado entre la población ecuatoriana y que constituiría la principal amenaza al nuevo gobierno

Para lo primero bastaría rodearse de asesores económicos pragmáticos de primera línea, mientras el segundo aspecto referente a la polarización, no es una cosa sencilla y está supeditado al capital político y al liderazgo indiscutible de la primera autoridad. Moreno tendría que sacudirse de la polvareda correísta y marcar su propia agenda en función de país, con un amplio acuerdo político y social a nivel nacional; si no, estaríamos camino a la “venezolanización” de nuestro país, con consecuencias catastróficas. Es sumamente importante hacer notar al próximo presidente, que no puede obviar el tema de la corrupción, el impulso verdadero y efectivo a la productividad que garantice un crecimiento económico sostenible, la independencia absoluta de los poderes del Estado, en especial del Poder Judicial, la restitución de las libertades fundamentales y la consolidación del Estado Plurinacional. Si Moreno no es capaz de asumir esta agenda básica para el país, estaríamos por perder cuatro años más.

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