El águila calva, es una majestuosa ave originaria de
Norteamérica y símbolo nacional de los Estados Unidos. Su nombre se debe al
plumaje blanco que tiene en la cabeza y la parte de la cola. Ave sagrada de
gran significación para los pueblos nativos de esta región. Por su parte el
cóndor andino, es otro majestuoso animal sudamericano, reconocido como una de
las aves voladoras más grandes del mundo y su longevidad es casi idéntica al de
los humanos, pudiendo vivir unos ochenta años. El cóndor a más de ser parte de
la espiritualidad y la mitología de los pueblos indígenas de estas regiones, es
símbolo nacional de todos los países andinos como el Ecuador, que lo tiene
representado en su escudo nacional.
Al respecto existe una hermosa profecía, que según los grandes
sabios nativos cambiará la historia de la humanidad. Se predice que en el
quinto pachakutik, periodo en el que nos encontramos –pachakutik es un ciclo de
500 años- ocurrirá la gran reunión entre la gente que es del Águila y la gente
que es del Cóndor. Se dice que la gente del águila sumamente intelectual, se
orientó hacia las ciencias, con una enorme capacidad de diseño tecnológico, que
le permitirá obtener grandes riquezas; sin embargo su vacío espiritual pondrá
en peligro su existencia. Por su lado la gente del cóndor, del espíritu, de los
sentidos, fuertemente intuitiva, enfocó su vida en armonizarse con la
naturaleza y su fuerte será la sabiduría; pero su debilidad será la incapacidad
de interactuar con el mundo material y esto lo volverá vulnerable.
En esta historia se representa en el águila lo occidental y
en el cóndor lo indígena, haciendo notar que solo la unión de estas dos
visiones, salvará el mundo; cuando el cóndor y el águila vuelen juntos
nuevamente. Aunque parezca irreal, aquí en el Valle del Amanecer en Otavalo, se
puede realmente ver volar, solemne y majestuosamente a un águila y a un cóndor,
juntos; solo tiene que subir la loma aledaña de Pucará.
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