viernes, 7 de marzo de 2014

Revés democrático

Una reforma constitucional para instaurar la reelección indefinida, no calaría profundo en nuestro país y sería un error garrafal en el proyecto político de la revolución ciudadana. La reelección indefinida es una aberración en sociedades que de alguna forma se han alineado dentro de la democracia occidental, acogiendo valores como la libertad, la alterabilidad y la pluralidad. Si nos sinceramos y vamos con la posibilidad de nombrar gobernantes vitalicios, mejor nombremos un rey, una monarquía absoluta; o para ser más justos nombremos un inca o un shiri, que sería lo más acorde con la realidad y la historia ecuatoriana.

Las masas populares son susceptibles al engaño y a la manipulación, tal como ocurrió en la Alemania nazi, o en otros tantos gobiernos incluso llamados democráticos; sin embargo hay que reconocer que actualmente la comunicación fluye vertiginosamente por las redes de la información, configurando gracias a la tecnología y a la internet, ciudadanos con mayores posibilidades de conocimiento, participación política y discernimiento. En Ecuador, seguro que aquella época en donde el populismo campeaba a sus anchas, solo es un patético recuerdo histórico; y hoy es evidente que a pesar del rechazo a la política, los ecuatorianos y ecuatorianas tienen una conciencia democrática y política más clara; o por lo menos esa es la lectura que podemos concluir en relación a los resultados de las últimas elecciones.

Las democracias latinoamericanas tuvieron un pasado turbulento, con la presencia de dictaduras, golpes de estado y caudillismos; sin embargo hubo esperanzas alentadoras para la consolidación democrática en la región. La presencia de gobiernos “progresistas” de aparente simpatía con regímenes totalitarios, pone en entredicho tal esperanza, pero suponemos que son gajes de la vida política de un país. Si realmente los actuales gobernantes del país, quieren dar luz verde a la reelección indefinida, no nos quedaría más remedio pedir cierta sensatez  y solicitar que permitan un real, debido y justo debate al interior de la sociedad ecuatoriana.

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