domingo, 2 de marzo de 2014

El fin del mundo

El milagro de la vida en el planeta Tierra, sería simplemente un rápido parpadeo en relación a los cánones universales y el ciclo de vida del sol y nuestro sistema solar. A pesar de que nuestra vecindad planetaria tiene un pronóstico de existencia de 7 500 millones de años todavía, no podemos decir lo mismo de la vida, tal cual como lo conocemos ahora. Con la cantidad de asteroides y cometas que orbitan nuestra galaxia, es probable que dentro de un tiempo muy corto o millones de años, la tierra sea testigo de otra hecatombe igual o mayor a lo que aconteció hace 65 millones de años, cuando un asteroide de 9.6 kilómetros de diámetros, impactó la Tierra, exterminando a los dinosaurios que habían dominado el planeta por 160 millones de años. Según los fenómenos cíclicos del planeta, también es sabido que estamos cerca de una glaciación que igual sería una amenaza mortal para la vida. Otros acontecimientos catastróficos están predestinados a nuestro planeta, como las variaciones orbitales y el desplazamiento de las placas tectónicas, que dentro de unos 250 millones de años, unirán nuevamente los continentes, provocando un calentamiento global sin precedentes. Pero las amenazas pueden aparecer de rincones más recónditos de nuestra galaxia, la Vía Láctea; una estrella de neutrones que desintegraría nuestro planeta, o un agujero negro que se tragaría a todo nuestro sistema solar.


El misterio y la creación más grande del universo conocido, es el cerebro y la conciencia humana. El reto mayor de nuestra especie, sin pretender ser arrogante, sería la de trascender a través  del tiempo y el espacio, hasta alcanzar niveles insospechados de existencia, y esto es una ambición innata de nuestra condición humana, que no debería causarnos vergüenza. La propia evolución humana, el desarrollo de la tecnología y las ciencias, permitirán nuestra propia supervivencia, quizá fuera de este mundo, en otras estrellas, en otros planetas. Mientras el flash galáctico se difumina, seguiremos enredados en pasiones triviales, propias de nuestra existencia actual.

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