Nuestros corazones se retuercen en un claro efecto de
tristeza emotiva, al darnos cuenta que aquel legado identitario, después de
varios cientos de años de resistencia de nuestros honorables ancestros, está
apunto de sucumbir en la desaparición. Esta situación al mismo tiempo nos hace
pensar, reflexionar y buscar la manera de cómo deben ser las luces que
conlleven el proceso de recuperación del kichwa, en un momento político en que
nuestras organizaciones indígenas, sólo tienen una conciencia de clase, y en algunas
circunstancias solo una clara conciencia étnica.
Más allá de una conciencia étnica, lo que nos hace falta
como pueblo y más que todo como dirigentes indígenas o kichwas, es una
conciencia lingüística. Es evidente que los pueblos y nacionalidades del Ecuador
se han dejado llevar por los cantos de sirena de la política, en un claro
descuido de aspectos culturales muy importantes como la identidad. Por ahora el
reto es crear esa conciencia y amor lingüística en nuestro pueblo, para
cimentar bien el proceso de revitalización de nuestra lengua materna, que por
suerte aún la tenemos vigente.
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