viernes, 4 de agosto de 2017

Despropósito chavista

Aunque el Gobierno Nacional por medio de su cancillería, de manera inexplicable, todavía dé su voto de confianza al gobierno de Nicolás Maduro, el ciudadano común con una mínima capacidad reflexiva, no puede hacerse el loco y pretender desentenderse de lo que sucede en la hermana República Bolivariana de Venezuela. Es evidente que en el país de Bolívar se ha roto el sistema constitucional desde hace ya tiempo, y que la demencial dirigencia política del Partido Socialista Unido de Venezuela, representado en las toscas personalidades de Maduro y Diosdado Cabello, empujan al país con uñas y dientes hacia el borde del precipicio y una eventual guerra civil. A más de politizar las fuerzas armadas, el chavismo armó a 170 000 civiles que solo responden a los designios del fanatismo partidista; esto se ha convertido en el gran coraza inexpugnable de un sinsentido poder incrustado como un parásito en la vida de los venezolanos.

Frente al llamado y la eventual consecución de una asamblea constitucional, que por sus características nació muerta, y el nuevo encarcelamiento a sus opositores, la impavidez del mundo frente a la situación, comienza a desintegrarse para una condena sin vacilaciones al gobierno dictatorial de Maduro. Mientras esto sucede miles de venezolanos en un drama sin precedentes, abandonan en avalancha su país querido. También a Otavalo, han regresado parientes kichwas que hicieron su vida misma en Venezuela y tienen que comenzar nuevamente de cero, en una realidad diferente. No queda otra, la respuesta internacional debe ser contundente, para restituir la democracia en este país hermano; más aún el chavismo deberá responder ante la justicia, por sus evidentes actos de corrupción denunciados por la oposición. A veces se fanfarronea al decir que no nos interesa para nada la política, y que mientras vivamos de nuestro trabajo, no nos afectará. Esto es falso, guste o no nos guste, estamos supeditados a las decisiones y acciones de estas y estos “ilustres” ciudadanos políticos. 
  

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