viernes, 12 de mayo de 2017

Venezuela: La evolución del molotov

   Foto: elnuevoherald.com

No se podría decir que exactamente es una democracia, cuando el pueblo responde electoralmente, bajo el engaño o la amenaza; o más aún, cuando el poder esté maquiavélicamente secuestrado por una élite política, sin importar sus motivaciones o sus cánticos ideológicos. Es lo que sucede en Venezuela, país que en su antaño se llenaba de gloria, por ser la cuna del Libertador Simón Bolívar y del gran Antonio José de Sucre; nación hermana que hace unas cuatro décadas se constituía en el dorado de Sudamérica, por su privilegiada situación geográfica y petrolífera. Ecuatorianos, peruanos y gentes de diversas naciones se encaminaban hacia el “sueño venezolano”, en la búsqueda de mejores días para sus familias. Cuna de las más bellas mujeres del mundo, de las únicas telenovelas que competían con las mexicanas, de los más famosos cantantes y grupos musicales de Iberoamérica, de la arepa y el joropo. Con una de las mayores reservas de petróleo en el mundo, Venezuela bien pudo ser una potencia hegemónica a nivel de Latinoamérica, si la clase política hubiese trabajado con un proyecto de desarrollo sostenible a largo plazo; pero esto lamentablemente no sucedió.

El Socialismo del Siglo XXI chavista, ha permitido que un tal Nicolás Maduro, uno de los hombres más incompetentes para gobernar un país, lleve a Venezuela a estas alturas de la Revolución Bolivariana, hasta el fondo del abismo. Venezuela por hoy es uno de los países más inseguros del mundo, con una inflación prevista del 720% para este año, una élite política enfrascada en actos de corrupción y el narcotráfico, una crisis humanitaria declarada y un sistema institucional que por cualquier lado apesta a una dictadura militarizada. Las víctimas mortales de los últimos enfrentamientos, entre manifestantes y la Guardia Nacional Bolivariana, ya suman 39 y centenas de heridos. La oposición en pleno plan de lucha social, no escatima en cuanto a ingenio, esta vez se enfrentan a los gases lacrimógenos de la Guardia Nacional, con “pupotov”, una especie “molotov” pero hecho con excremento. ¿Será que al fuego se lo elimina con fuego, como dicen?

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