viernes, 11 de noviembre de 2016

El triunfo de Trump

La victoria del candidato republicano en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre en Estados Unidos, dejó perplejo a más de medio mundo. Se suele decir que cada nación tiene el gobernante que se merece. ¿Pero realmente EE.UU. se merece un presidente de las características del señor Trump? ¿Acaso el largo listado de las cualidades negativas del Presidente electo norteamericano, son los nuevos valores o paradigmas para el gobernante del país más poderoso del mundo, que de alguna forma va marcando tendencias a nivel mundial? La respuesta aparentemente fácil, es complicada.

La explicación podría estar en que el electorado de cualquier país del mundo, puede cansarse de los vicios del sistema político vigente y sus actores más visibles, y aprovechándose de la vigencia democrática, quieren dar una lección a la clase política de sus respectivos países. Esto es lo que sucedió por ejemplo en Venezuela, Ecuador, España, para citar apenas tres estados. Recordemos por ejemplo como, ya hace mucho tiempo en Italia, se eligió como honorable parlamentaria a una famosa actriz porno llamada Cicciolina, provocando más de un escándalo y mermando obviamente la “concentración” de los “honorables” asambleístas, en su “noble tarea” de legislar.

También se dice que el electorado fuerte, el pueblo llano, vulgar e ignorante, es fresa fácil para los políticos que capitalizan los sentimientos más profundos, el escándalo y los falsos ofrecimientos; o sea el populismo puro y llano. Por lo visto el populismo no ha sido un “patrimonio” solo de los países tercermundistas, sino que ahora ha florecido en “La Meca del conocimiento y el desarrollo”. Un fenómeno que preocupa incluso a líderes políticos europeos, donde empiezan a florecer los falsos nacionalismos, la intolerancia e incluso la xenofobia. Un ambiente premonitorio de gran preocupación. Sea cual fuere la respuesta, que ¡Dios salve al mundo!

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