lunes, 14 de abril de 2014

De flacos a gordos

Recuerdo cuando pequeño, teníamos una dieta completamente diferente a la que tenemos en la actualidad. Alimentos propios cosechados con nuestras propias manos, como las diferentes clases de maíz, papa, melloco, fréjol, arveja, trigo, quinua, cebada, col, zampu –una variedad de calabaza-, chocho, entre otros; constituían nuestra seguridad alimentaria. A pesar de ser una dieta escasa en proteínas, podemos afirmar que era una dieta sana y natural. Hoy con la presencia de productos alimenticios industrializados, nuestra dieta ha cambiado peligrosamente, en desmedro de nuestra salud.

Sorprende los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, publicados el mes de diciembre pasado, porque aparentemente el problema de la desnutrición de antaño, se ha transformado en un problema de la gordura. Según este estudio, seis de cada diez ecuatorianos y ecuatorianas entre 19 y 60 años, presenta sobrepeso u obesidad. Este problema tiene mayor incidencia en las mujeres, donde el porcentaje aumenta a 65,5 puntos, mientras en los hombres es de 6%. Parecería según estos resultados, que en el Ecuador ya no se padece de hambre.

Últimamente se ha escuchado y han sucedido hechos muy curiosos en nuestro país. Se habla del cambio de la matriz productiva, la matriz energética, de transformación, de revolución, hasta de un patético “milagro ecuatoriano”, incluso del “sueño ecuatoriano”, en remplazo del sueño americano. Para completar, últimamente se ha visto un desfile de artistas y grupos musicales de “ranking” mundial, como por ejemplo la banda Metálica. ¿Será que como país ya hemos abandonado esa denigrante categoría, de país en vías de desarrollo? ¡Para nada! Aunque sí vemos cambios importantes, como siempre debería ser; el tema de la obesidad en el Ecuador, es la mejor radiografía social. A pesar de que nos hemos engordado, no hemos mejorado nuestra calidad de vida; tal como indica el mencionado estudio, el 2.8% de niños entre 5 y 11 años que tienen obesidad o sobrepeso, presentan desnutrición. Una clara muestra de que las apariencias engañan.

No hay comentarios: