viernes, 12 de enero de 2018

Nuestro universo cercano

Desde que el ser humano tuvo uso de razón, siempre al mirar el cielo nocturno, se inquietó de lo que representaba. El brillo de las estrellas poco a poco fue explicado con símbolos terrestres y nacieron las constelaciones. Casi ninguna civilización se abstuvo de observar y estudiar el infinito, antes de establecer que tenía incidencia en el tiempo de nuestro mundo. Antes de que la ciencia se institucionalice como tal, era la religión la encargada de dar explicaciones. Así por ejemplo son dos científicos del renacimiento, Copérnico y Galileo Galilei, quienes cimentan la teoría heliocéntrica del universo, contradiciendo la teoría geocéntrica fundamentada en la filosofía griega y el cristianismo, la cual sostenía que el planeta tierra era el centro de aquel limitado universo conocido en la época. Desde aquellos siglos la astronomía no ha dejado de avanzar, por hoy el ser humano cuenta con telescopios nunca imaginados, con el que se puede escudriñar los confines del universo.

Sin embargo, son pocas las personas que tienen conocimiento y conciencia del lugar que ocupamos en el universo. Para tener una idea más o menos clara, el sistema solar más cercano al nuestro es el Alpha Centauri, donde se encuentra la estrella Próxima Centauri, una enana roja ubicada a unos 4,22 años luz de la tierra, esto es unos 39 921 200 millones de kilómetros. Según cálculos que circulan en la Red, en la nave espacial más veloz que se ha construido hasta la actualidad, esto es 40 000 kilómetros por hora, el ser humano tardaría como unos 114 mil años en llegar a Alpha Centauri. Esto es solo para llegar donde el vecino; ya se imaginarán la distancia a otras estrellas o atravesar nuestra galaxia la Vía Láctea, o peor aún, realizar viajes intergalácticos. Por ahora el reto es llegar a Marte, nuestro planeta vecino del Sistema Solar, que está a una distancia promedio de 225 millones de km. Según Space.com, la misión no tripulada del 2011 llamada Mars Sciencie Laboratory, tardó 254 días en llegar al planeta rojo.

viernes, 5 de enero de 2018

Religión, conocimiento y convivencia

Aunque la ciencia y la técnica ha avanzado vertiginosamente durante el último siglo, solamente un porcentaje muy reducido de seres humanos han intentado rebasar los límites del entendimiento humano sobre su propia existencia y el lugar que ocupamos en el universo. El resto de seres humanos todavía se encuentran atados a conceptos arcaicos sobre la existencia y la divinidad. El concepto medieval de dioses caprichosos y todopoderosos, que nos ofrecen el cielo o el infierno, todavía siguen vigentes. Han proliferado sectas y religiones que pretenden compartir una verdad que nace desde algún dogma, o simplemente buscan espacios de poder y dominación, con claros intereses económicos.


En medio de esta realidad, considero que solamente el estudio, la ciencia y la reflexión minuciosa, nos puede liberar y acercarnos a la verdad. A pesar de esto hay que comprender también, de que las creencias religiosas constituyen una fuente de esperanza y luz, para la mayoría de seres humanos, que no han sido capaces de mirar más allá de su propio horizonte. Las religiones como se conoce a través de la historia, a pesar de constituirse en puntos de fatales discordias entre los seres humanos, han podido de alguna forma establecer con buena influencia, normas de comportamiento éticas y morales en la mayoría de las sociedades. Sin embargo, a estas alturas de la civilización del Homo Sapiens, en la que, casi la mayoría absoluta de sus miembros profesa alguna creencia religiosa donde se predica la piedad y la hermandad, no se ha podido desterrar la violencia, el egoísmo y la crueldad. Las guerras o las amenazas de aniquilación entre hermanos, están al orden del día. Para contrarrestar esta dramática realidad, se debería dar énfasis en el tema de la legalidad, la ética y la moral laica desde muy pequeños, como un mecanismo de convivencia pacífica, donde prime los derechos humanos sin condicionamientos. Por eso es muy importante, más que todo en términos políticos, luchar por la legalidad, la institucionalidad democrática y un combate férreo e intolerante contra la corrupción.

sábado, 30 de diciembre de 2017

El Año Viejo

En nuestro medio es más tradicional festejar el Año Viejo, que el Año Nuevo. Tal vez esto se deba a la particularidad de la cosmovisión andina, donde el tiempo pasado está frente a nosotros y el futuro está a nuestras espaldas, por eso la alocución kichwa: “ñawpa pacha” significa pasado, traducido literalmente: el tiempo de al frente. A diferencia de la tradición occidental donde se pone énfasis en recibir el nuevo año, celebrarlo con bombos y platillos, como un acto de recibimiento a un nuevo periodo de tiempo, con el optimismo y la confianza de que serán tiempos mejores; en nuestro medio se pone énfasis en despedir el año que culmina; con alegría, comida y bebida, quemando y “llorando” a un monigote que lo representa y simboliza todas las cosas vividas durante este periodo de tiempo, las cosas malas y las cosas buenas que sucedieron.

Recuerdo esta muy tradicional celebración con mucho cariño, desde que era muy pequeño. El Año Viejo era un día muy especial, porque toda la familia y amigos se reunían para preparar el festejo. Los muy hábiles, muy temprano recogían toda clase de ropa vieja, para confeccionar el monigote, el muñeco de trapo que en el proceso iría tomando la identidad de algún personaje conocido de la comunidad. Otros en cambio madrugaban a recoger palmas y armar el pequeño “altar” o escenario. Nunca faltaban los niños que cruzaban la vía con una soga, para pedir a los transeúntes la “limosnita para el viejito”. Las mujeres por lo general preparaban alimentos para compartir con los participantes. Tampoco faltaba el “purito” con el que se preparaba el “hervido de frutas”. Venían las risas, las carcajadas, la comida, la bebida, el baile, la alegría desbordante. El Año Viejo está muy arraigado en nuestros genes, es un espacio para la irreverencia, la sátira para el político del barrio, para el “guapo” de la esquina; donde algunos jóvenes brevemente expresan la “feminidad” que llevan dentro. El Año Viejo es una auténtica fiesta popular, donde se evidencia aquel dicho que dice: “A mal tiempo, buena cara”. ¡Felicidades a todos y todas! 



viernes, 22 de diciembre de 2017

Algo peor que la muerte

La desaparición de un menor, es una tragedia familiar que incluso supera la muerte. Con un niño desaparecido no se podría encontrar paz ni tranquilidad durante toda la vida, sería un martirio, una tortura, una agonía eterna; algo horrendo e indescriptible por lo que han tenido que pasar miles de familias ecuatorianas, como en el reciente caso de la niña lojana Emilia Benavides. La niña Benavides fue encontrada sin vida, con evidentes señales de violencia. ¿Qué clase de monstruo puede hacer semejante daño a una criatura? Como no podía de ser de otra manera, este hecho macabro y demencial, ha conmocionado al país entero; movilizando gente en la misma ciudad de Loja, en las redes sociales, e incluso las autoridades como de la Policía Nacional y Fiscalía, han efectuado una respuesta inmediata, como siempre debería ser.

El rapto de menores debería ser tipificado como un delito igual o peor que la de un asesinato, con la sanción más drástica posible. Más que cambiar normas legales y sanciones, que por cierto reitero son necesarias, es sumamente importante contar con un organismo profesional de investigación para estos casos; algo de la que adolece nuestro país, según Telmo Pacheco, presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador. Algunas personas incluso no vacilan en pedir la cadena perpetua o la pena de muerte, en casos como violación y muerte de niños y niñas, contradiciendo lo que dicta nuestra constitución y la tradición cristiana de los ecuatorianos. Como ya se ha visto, el riesgo de endurecer las penas en países como el nuestro, es la falta de efectividad del sistema judicial, muchas veces supeditado a los poderes políticos de turno, o peor aún a la galopante corrupción que pasea por las instituciones del Estado. Si la justicia no está garantizada, corremos el riesgo de enviar gente inocente a la cárcel, y esto sería lo peor.

El amor y el cuidado a niños y ancianos, refleja el grado de desarrollo de una sociedad, la efectividad de sus instituciones y más que todo la calidad humana de sus miembros. Niños felices e inteligentes, es nuestra garantía para una sociedad mejor.

sábado, 16 de diciembre de 2017

El manto de la justicia

En un hecho sin precedentes, el Tribunal Penal de la Corte Nacional de Justicia, ha sentenciado a ocho procesados, entre ellos al vicepresidente de la República en funciones, pero que no tiene ninguna función, Jorge Glas, a seis años de prisión, como culpables y autores de asociación ilícita, también deberán pagar 33,3 millones de dólares entre los ocho. Además, el juez Édgar Flores pidió a la Fiscalía que investigara otros siete delitos contra Glas y otros condenados; sin embargo, vale aclarar que esta sentencia es de primer nivel y los procesados han anunciado que apelarán el fallo.

Esperemos que este hecho judicial, marque un punto de quiebre en la muy cuestionada justicia ecuatoriana. Es conocido y sabido que la justicia siempre ha estado en manos de los grupos de poder, o políticos de turno que lo han utilizado a su antojo y capricho, para su acomodo o para perseguir a sus opositores. Más aún en estos últimos diez años, en donde todos los poderes del Estado, estaban supeditados a una sola persona, con el poder de un emperador. Seguiremos insistiendo que la independencia de poderes, es la mejor garantía para que la institucionalidad del país se fortalezca. Un sistema judicial independiente y transparente, es necesario para que los ecuatorianos todos, hombres y mujeres, podamos nuevamente creer en la justicia y la legalidad, que es la base fundamental para una convivencia social aceptable. Un sistema judicial que destierre la impunidad en cualquiera de sus formas.

Es el gran reto inicial del presidente Moreno, enrumbar al país en la democracia institucional participativa, revisar la efectividad o reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana, es urgente, para que ciudadanos de altísima probidad ética y sin vinculación partidista, ocupen la titularidad en los organismos más altos de control estatal. El manto de la justicia debe cubrir a todos en las mismas condiciones, a los de poncho o a los de cuello blanco.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Auténticos revolucionarios

No cabe duda que la segunda mitad del siglo XX, fue una época donde se desbordaron pasiones por todo lado, hablando en términos socio políticos. El movimiento hippie, la revolución sexual, el rock psicodélico, la conquista del espacio, la Guerra Fría, y las luchas revolucionarias de izquierda principalmente en Latinoamérica, marcaron historia. Luchar contra el statu quo, el sistema opresor y el capitalismo, era un llamado al que muchos jóvenes idealistas abrazaron en su momento, más con el corazón que con la cabeza. Eran pues otros tiempos, donde muchos perdieron la vida y otros como los barbudos cubanos, tuvieron éxito en captar el poder a través de la lucha armada, para luego implantar a sangre y fuego su experimento socialista. Muchos de nosotros, aunque más jóvenes, pudimos de alguna forma sentir esa apasionante efervescencia política en nuestros corazones, hasta el punto de querer renunciar a todo en favor de la revolución.

Desempolvando la biblioteca familiar, encontré un libro que leí hace unos 30 años: “La ideología sandinista y la revolución nicaragüense” de David Nolan, una excelente obra que devela casi en su totalidad el desarrollo de esta revolución centroamericana. En este libro existe una cita que se refiere al juramento que hacían los jóvenes al momento de ingresar al Frente Sandinista de Liberación Nacional – FSLN: “Ante las imágenes de Augusto César Sandino y Ernesto “Che” Guevara, ante la memoria de los héroes y mártires de Nicaragua, América Latina y de toda la humanidad, poso mi mano sobre la bandera roja y negra que significa “Patria Libre o Morir” y juro defender, con las armas en la mano, la dignidad nacional y luchar por la redención de los oprimidos y explotados de Nicaragua y del mundo. Si cumplo esta promesa, la liberación de Nicaragua y de todos los pueblos será mi recompensa, pero si así no lo hiciese, la muerte en la deshonra y la vergüenza serán mi castigo”. Si valió la pena o no, es otra historia; eran otros tiempos, y estos sí eran auténticos revolucionarios; no como los de ahora, una horda de delincuentes expertos en las artes de la demagogia.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Trifulca política en la hermandad

Causa confusión. No sé si lo que sucede al interior de Alianza País da pena o gloria. Puede ser hasta gracioso ver cómo los mismos responsables de la debacle institucional, moral y hasta económica del país, se hayan pasado a la otra orilla, para ahora sí acusarse entre compañeros. Me refiero hoy a los leninistas que se esmeran por ubicarse en el lado correcto, que condena los diferentes actos de corrupción, e incluso plantean responsabilidades penales a encubridores y funcionarios que cayeron en omisiones, de los cientos de abusos sexuales a menores, ocurrido en instituciones educativas públicas y privadas del país, durante la década correísta. Pero más patético resulta ver al “ala correísta” de Alianza País, “sin sangre en la cara” como diría mi vecina, defender esta tragedia nacional llamada el “gobierno de la revolución ciudadana”, que instauró en el país el despilfarro, la corrupción, la impunidad, el autoritarismo, el engaño; en estos últimos diez años. Ahora después de este desastre, todavía se escucha murmurar por ahí, “pero ya tenemos carreteras” y que costó lo que costó -millones por cada kilómetro- porque fueron trazados en la serranía y que no nos debería sorprender porque en el país siempre hubo corrupción. Como diría alguien: ¡vaya defender a su abuela!

Alianza País está en su punto más alto de ebullición; por un lado, dicen que regresa Correa, que por cierto no sé cómo hará este señor para caminar tranquilamente por las calles ecuatorianas; por otro lado, el presidente Lenín Moreno no se amilana, sino más bien lo reta a que no se esconda en las fronteras, y ambos han convocado a una convención nacional, cada uno por su lado. Señoras y señores, aquí va a arder Troya y no sabemos como terminará esta trifulca política dentro de la hermandad. Por el bien del país esto tiene que llegar a su fin, y el final solo será provechoso cuando todos los corruptos y encubridores vayan a la cárcel y devuelvan al país todos los bienes mal habidos.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Luis De la Torre Amaguaña

















Era uno de esos días un tanto tristes en la comunidad de El Topo de hace ya muchos años, más arriba de San Pablo, en Otavalo. El recuerdo en mi memoria permanece intacto y veo a Luis De la Torre, con guitarra en mano y su potente voz, interpretar la canción que decía: “Sapak inca Atawalpa, ankalli runa Atawalpa…katari Atawalpa, runa rebelde Atawalpa”. El gran amigo, el gran maestro, el gran intelectual kichwa; hoy ya no está con nosotros, ha partido hacia el infinito, ha regresado como decía su hermana Luz, al regazo de la Pachamama; porque surgimos de la tierra y a la tierra volveremos; porque somos polvo cósmico y como tal regresaremos al cosmos, para ser parte de la energía que transforma el universo. El recuerdo viene de esos años en que hacíamos esfuerzos grandes por sacar adelante al Proyecto EBI -Educación Bilingüe Intercultural-, y Luchito como lo llamábamos cariñosamente, era el Director Nacional de este proyecto educativo de innovación.

Runas estudiados hay muchos, pero runas intelectuales hay muy pocos, y Lucho era uno de esos principales, parte de esa generación de kichwas que se habían preparado académicamente y que habían rebasado todas las expectativas. Cuando regresó nuevamente a San Roque, nos encontrábamos casualmente y siempre fluía una conversación extendida y provechosa, como no podía ser de otra manera.

Reflexionamos y nos damos cuenta de las ironías de la vida, al ver a gente incapaz lucrando de la política por décadas; mientras personajes como Lucho De la Torre, un hombre extremadamente preparado para asumir una función de elección popular, nunca lo pudo hacer. El pasado martes ya cerca del mediodía, pude saludarle brevemente de pasadita, sin imaginarme que eran sus últimos pasos. Hemos perdido a un gran ser humano, pero su memoria y legado permanecerán por siempre, como un ejemplo claro para las futuras generaciones de kichwas más que todo. Mis condolencias a sus hijos, hijas y demás familiares que lloran su partida.

El tesoro de Atahualpa, sí existe

Después de que el inca Atahualpa fuera capturado por los españoles en Cajamarca y haber ofrecido por su propia boca, el apilar una habitación llena de objetos de oro y plata, como pago por su liberación; la mayor parte del botín llegó desde Cusco y la parte sureña del Tahuantinsuyo, que en esos momentos estaba en manos de los generales quiteños, quienes habían llegado triunfantes a la capital imperial. En la parte norte, en Quito, Rumiñahui hizo efectivo la orden del Inca, y “según el cronista Fernández de Oviedo, llegó a recaudar 70 000 cargas de oro y plata que iban a ser transportadas a hombro de 15 000 porteadores, cuando llegó la noticia del ajusticiamiento del Inca”. Ante la fatal noticia y previendo la inevitable incursión de los extranjeros, el general quiteño hizo un movimiento rápido, para esconder tan descomunal tesoro, al oriente de Ambato, en la zona de los Llanganatis.

Un tal Valverde, “un modesto soldado o burócrata español”, posiblemente del siglo XVIII, “que desposó a la hija del cacique de Píllaro, quien al tomarle confianza y afecto, le reveló donde se encontraba el tesoro oculto”, habría llegado al lugar para tomar una ínfima parte y convertirse en un hombre muy rico. De vuelta en España y antes de morir decidió revelar el secreto al Rey, el origen de su fortuna, adjuntando a la carta un derrotero o guía. Muchas expediciones se han organizado desde entonces y muchos han perdido la vida en el intento, pero se conoce que uno de ellos, un holandés de nombre Barth Blacke, al intentar dar sepultura a un compañero que murió, “se topó accidentalmente con un tesoro del que extrajo 18 piezas de oro”.

El sueño de descubrir este fabuloso tesoro, en la actualidad todavía continúa intacto y no faltará quien lo siga buscando. Más allá del mito, lo real es que los captores de Atahualpa se hicieron con un tesoro, que les costó un mes entero solo en la fundición y sumó 6 087 kilos de oro y 11 793 kilos de plata. Durante su cautiverio el Inca quiteño “se había ufanado de su fabuloso tesoro” de Quito. Esto nos hace presumir que el tesoro, el que Rumiñahui ocultó incluso con su vida, sí existe y que sigue indemne. 

viernes, 3 de noviembre de 2017

50 precandidatos

En alusión a lo que sucede en Otavalo, alguien decía que, a diferencia de lo que sucedía en los años 90 del siglo pasado, en que el dedicarse a viajar como músicos o comerciantes, de manera especial a Europa o Estados Unidos, estaba de moda; ahora está el de convertirse en político. ¿Será que la “farra” y la “década ganada”, donde los billetes verdes del segundo “boom petrolero” volaban por doquier, llamaron la atención de muchos, que quizá buscan el dinero fácil? o ¿tal vez vieron que cualquier común, con un poco de demagogia revolucionaria, podía llegar a las altas esferas del poder y convertirse en millonario en unos pocos años? o quizá ¿será que existe una verdadera conciencia social de lo que sucede a nivel político, y amplios sectores altruistas de la sociedad, están interesados en contribuir, para forjar una sociedad mejor? Usted estimado lector tendrá que sacar sus propias conclusiones al respecto.

Con el advenimiento de las elecciones seccionales que se efectuarían a inicios de 2019, ya se empiezan a “mover las frutas” y aunque usted no lo crea, en Otavalo existe una lista de aproximadamente medio centenar de personas, que aspiran el sillón principal de la alcaldía. Obviamente que al contrario del dicho que señala “querer es poder”, entre el querer y el poder existe una gran brecha, certeramente muy poquísimos llegarían a la recta final. Para que un político logre el favor del pueblo, no necesita solamente “preparación” y conocimiento de la realidad, sino que gravitan a su alrededor una serie de factores como el liderazgo, carisma, honestidad, visión y recursos económicos para la campaña política. El Ecuador y nuestro cantón en particular, ya ha tenido más que suficiente, ejemplos de gobiernos ineficaces que solo se han dedicado a robar y a malgastar los recursos económicos de todos, como para que cualquier advenedizo se haga cargo del futuro y el erario cantonal.


Sumergirse en el mundo político y constatar su podredumbre, decepciona a cualquiera. Pero también es una responsabilidad compartida de todos y todas, sanear el quehacer político, con la participación de los mejores elementos y más que todo, con gente honrada que sí lo hay.

jueves, 26 de octubre de 2017

El embajador de Argentina

No pasó mucho desde que las declaraciones de una inmigrante venezolana, causara mucho revuelo en el país, hasta el domingo anterior; en el que el embajador de Argentina en el Ecuador, insinuara y dijera en una radio de su país, que los ecuatorianos tenemos el hábito de estar “mugrientos”. En un exabrupto sin proporciones, este señor de nombre Luis Alfredo Juez, trató de justificarse diciendo que “Solamente la mala fe y una malicia infinita se puede descontextualizar mis dichos intentando hacerme quedar mal con un pueblo al que amo”, y mandó una carta de disculpa a la canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa. Pero este señor sin el mínimo pudor, las mete toda, al decir que se trata de una descripción de las comunidades indígenas del Ecuador: “Una de las más conocidas es el pueblo Otavalo. Ellos se visten a la mañana del sábado y están todo el fin de semana con la misma ropa. Me refería a eso, para no estar todo el día con el mismo atuendo pasé por la casa a cambiarme”, además añadió que “para quienes no conocen la idiosincrasia me refería a eso”.

Si fuese el comentario de una persona común, no hubiese merecido ni una pizca de atención, pero se trata nada menos que de un alto funcionario del Gobierno argentino, acreditado en nuestro país, para fomentar nexos de hermandad y respeto entre las dos naciones. Como no podía ser de otra manera el país y sus autoridades han respondido como corresponde, con un “enfático rechazo y disgusto del Gobierno del Ecuador por las aseveraciones”. De la misma forma la primera autoridad del Cantón Otavalo, el Alcalde, ha respondido con molestia e incluso ha declaro a este funcionario argentino como persona “no grata”. Los kichwas otavalos son reconocidos en el mundo por su cultura e  impecable presentación, que incluso se les ha nombrado como los embajadores culturales del país. Ofensas como estas solo ponen de manifiesto los prejuicios racistas que todavía perduran, incluso en los niveles altos de los países de la región. Es oportuno exigir a las autoridades diplomáticas y al Gobierno central ecuatoriano, que pida al gobierno argentino, la inmediata separación de sus funciones, a un señor que no puede mantener su estatus con semejantes complejos de odio hacia los ecuatorianos.

viernes, 20 de octubre de 2017

Hace apenas un siglo












A diferencia de la época medieval o la época colonial, en que por largas centurias no se experimentaban cambios importantes en el desarrollo de las sociedades a nivel global; el último siglo fue realmente impresionante, casi no se puede explicar cómo en un lapso relativamente tan corto de tiempo, la humanidad haya podido ser testigo de una transformación histórica inédita. Indudablemente que las generaciones contemporáneas son las más privilegiadas, al ser testigos de este gran salto tecnológico y cultural del ser humano. Esto obligadamente nos hace reflexionar al mismo tiempo sobre las transformaciones más próximas, de nuestras ciudades, de nuestros pueblos, incluso transformaciones a nivel del núcleo familiar.

Hace más o menos como un siglo, la simplicidad y la tranquilidad reinaban todavía estos valles; Otavalo por ejemplo apenas era un pueblito enclavado en medio de imponentes montañas andinas, sus callecitas y plazas polvorientas poco se diferenciaban de la ruralidad. Apenas había llegado el ferrocarril, y la luz eléctrica recién empezaba a dar un poco de vida a las lúgubres noches de esta comarca; se construye el Teatro Bolívar en 1918 y varias de las instituciones otavaleñas empiezan a constituirse. Culturalmente, la ciudad y el campo eran dos mundos opuestos se podría decir. Los mestizos blanqueados con los mestizos llanos dominaban la urbe, y los “indios” como se los llamaba a los indígenas kichwas, regían en el campo, en sus comunidades; a excepción de los días de feria, donde las necesidades de estos dos sectores humanos, se complementaban. El kichwa, dedicado a la agricultura, la tejeduría, el comercio y otras ramas artesanales, vivía en un medio natural místico, pero descomplicado. La vida indígena llena de interacción social y comunitaria, era un venir y devenir de trabajo duro y acontecimientos festivos. Eran tiempos en que nadie se imaginaba con el ajetreo y el bullicio actual, ni mucho menos con artilugios que en su época hubieran sido considerados mágicos o de milagro. El mundo seguirá transformándose inexorablemente, si tenemos algo de suerte podremos dar testimonio de ese cambio, después de 30 o 40 años. 

viernes, 13 de octubre de 2017

A propósito de Cataluña

Recuerdo que cuando yo, un niño kichwa proveniente de una escuelita rural, entré al colegio de la ciudad, nuestro profesor de literatura, lo primero que nos mandó a leer fue “El Cantar del mio Cid”, un clásico de la literatura española. Debo confesar que cuando intenté leer este clásico no entendí ni una “jota” y pienso que la mayoría de mis compañeros tampoco lo entendieron. ¿Cómo podíamos entender un texto completamente extraño, escrito en un castellano antiguo, que cuenta una historia que sucedió hace como unos 800 años, en un lugar inimaginable al otro lado del mundo? Fue un zarpazo a mis ansias de convertirme en un sano amante de la lectura y el aprendizaje. Espero que por hoy el sistema educativo ecuatoriano haya variado notablemente en pro de una educación acorde a las necesidades y a la realidad nuestra. ¡Ojo! No estoy diciendo que no se debe leer los clásicos de la literatura universal, puede ser de España o de tantas otras naciones alrededor del mundo. Lo que quiero poner en claro es que “primero lo nuestro, lo propio”, más que todo en los inicios.


Hago este recuento porque he notado que distinguidos intelectuales ecuatorianos y otros latinoamericanos como el célebre escritor peruano Mario Vargas Llosa, han saltado con iracundia, ante la legítima aspiración del pueblo catalán, de obtener su independencia, acorde a los preceptos de la libre autodeterminación de los pueblos del mundo. Es como que estos señores todavía tienen escrito en su ADN, la subordinación colonial incondicional, a lo que fue el Imperio español. Las élites latinoamericanas, las mismas que no pudieron cohesionar a sus estados criollos, parece que todavía no han cortado aquel “cordón umbilical” que los ata, a la mal definida “madre patria”. Es la misma ideología que despreció siempre lo “indio”, lo mestizo, lo propio; para acoger preceptos imperialistas muy ajenos a nuestra realidad. Ahora me pregunto: ¿qué pensarán de otros pueblos del mundo que luchan y aspiran con una independencia total, como es el caso Tíbet, Puerto Rico, Kurdistán, Escocia, Irlanda del Norte, o el mismo País Vasco, para enumerar algunos? 

viernes, 6 de octubre de 2017

El caso del pueblo rohinyá









Foto: BBC


Todavía se sigue cometiendo atrocidades alrededor del mundo, y no existe entidad que las pare. Las violaciones a los derechos humanos poco o nada han cambiado desde la Segunda Guerra Mundial, donde millones de seres humanos perdieron la vida, por falsos nacionalismos y las ambiciones de caudillos militares mesiánicos, afanados en dominar el mundo. Por hoy por ejemplo, todavía se sigue asesinando personas por cuestiones religiosas, tal como sucede en la República de la Unión de Myanmar, antigua Birmania, ubicada en el extremo noroeste de la subregión conocida como el Sudeste Asiático. Es un conflicto histórico de tipo étnico cultural, que se remonta a siglos, en el que está inmerso el pueblo rohinyá, el que para el Estado Birmano es un paria, sin derecho alguno, ni siquiera a la nacionalidad birmana. Musulmanes los rohinyás, son acusados de violentos y de querer establecer un estado islámico dentro de Birmania o Myarmar, de mayoría budista. La persecución de la que es objeto este pueblo, ha hecho que organismos internacionales como la misma ONU, califique como un caso de limpieza étnica en pleno siglo XXI. El pueblo rohinyá huye despavorido hacia Bangladesh, de las acciones del ejército birmano, donde se denuncian poblaciones incendiadas, mujeres violadas, niños y ancianos condenados a morir de hambre, gente quemada viva, entre otras atrocidades.

El caso rohinyá no es un caso aislado de etnocidio, sino uno más que empuja a la humanidad hacia una bestialidad solapada que nos denigra, nos deshumaniza. Vivimos tiempos difíciles en que la irracionalidad de ciertos líderes mundiales, podrían poner en serio riesgo la existencia misma de la especie humana, si alguno de ellos en medio de una orgía de poder, arrogancia y ego, aplastase el botón que libere la muerte sobre la faz de la Tierra. Nuestra existencia pacífica no dispone de ninguna garantía, por lo que es necesario reescribir un acuerdo mundial, que más allá de los logros obtenidos por la ONU, esta entidad realmente se constituya en una autoridad mundial, que frene los delitos internacionales, incluso más allá del célebre comodín llamado: soberanía, en casos como el que se describe al inicio.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Caos vehicular













Más allá de que la vialidad del sector rural ha mejorado notablemente, la ciudad de Otavalo en este tema, por hoy se encuentra en un caos total. La vía de circunvalación prácticamente ya no circunda ninguna cosa, sino mas bien es una vía que pasa por la mitad de la urbe y genera demasiado conflicto en la movilidad urbana, por el hecho de que se  cortaron algunas intersecciones que conectaban el centro con varias ciudadelas y sectores periféricas de la ciudad.

Con el inicio de clases la intersección entre la vía de circunvalación (Panamericana) y la vía que conduce hacia San Juan, en la parte occidental de la ciudad, se ha convertido en un hervidero total de vehículos, más que todo en horas de salida y entrada estudiantil. A esa parte están algunas instituciones educativas que acogen a miles de estudiantes y en consecuencia hay cientos de padres de familia apurados que se quedan en medio de una congestión terrible en ese cruce vial. El caos se repite en el cruce de las vías que conducen a Selva Alegre que por cierto está en pésimas condiciones y la otra que va hacia Quiroga, donde están dos instituciones educativas. Por otro lado es evidente el caos vehicular que se genera en la entrada norte de la ciudad, junto al redondel, donde los fines de semana existe una gran afluencia de vehículos provenientes de Pichincha, que entran en conflicto con los vehículos que van en sentido contrario hacia el centro de la ciudad. Otavalo necesita acciones inmediatas para remediar esta situación, es necesario habilitar otras vías alternas que den respiro a estos puntos críticos, se debe terminar de una vez por todas la vía de circunvalación y establecer una señalización de primera. Que no se olviden de los pasos peatonales decentes, no esas moles de cemento “laberínticos” que espantan a cualquiera.

El parque automotor ha crecido tanto a nivel local y nacional, y resulta evidente que nuestras ciudades no tuvieron una planificación adecuada como para mitigar esta situación. Por un lado se habla de ciudades renovadas que prioricen al ser humano, al peatón, y así debe ser; pero por otro lado el número de vehículos sigue creciendo y las ciudades tienen que dar una respuesta frente a esta situación, para eso están nuestras las autoridades, que muchas veces se duermen en los laureles.