El proyecto además de realizar presentaciones, tiene
previsto publicar 36 000 discos conjuntamente con importantes diarios de
cobertura nacional, esto con el ánimo de generar un fondo para la sostenibilidad del
proyecto y también abrir talleres para que los músicos puedan fabricar
nuevos instrumentos. Es una buena
oportunidad para obtener este material musical, que pronto será de colección;
acercarnos a la cultura nacional y dar un apoyo bien merecido al mismo tiempo,
a los Taitas y Mamas, cantores y músicos de nuestro país.
Muy positivo que el Estado reconozca a tiempo a estos
baluartes culturales del auténtico Ecuador profundo, con sabor coco y marimba,
de maizales y pastizales, de chonta y chicha. Ante la existencia de tantos
otros artistas populares menospreciados, sería muy saludable que este proyecto
trascienda hasta convertirse en una política cultural de Estado. En Imbabura
por ejemplo existen todavía patrimonios vivos que merecen ser reconocidos en
plena existencia, como el “Tayta Piki”
de Peguche o el “Tayta Chavo” de Carabuela, y otros tantos desde el Valle del
Chota hasta Otavalo; desde Pimampiro hasta Cotacachi. Extender gratitud y
gratificación en vida, sería un acto de justicia. Democratizar la cultura debe
ser tarea de todos. Reencontrarnos los ecuatorianos y ecuatorianas con nuestras
auténticas raíces y asumirla, sería un acto altruista y digno.