sábado, 31 de diciembre de 2016

La corrupción campea

La corrupción debe ser uno de los jinetes del apocalipsis. Es uno de los peores males de la humanidad, incrustada más que todo en la política. Se desperdicia ingentes cantidades de recursos económicos por la culpa de este mal, y la víctima es el pueblo llano, sectores vulnerables, los más humildes, los pobres. El medio político por naturaleza demanda de sagacidad, de cálculo, demagogia, oportunismo, etc., es ahí donde se forma el político y si no tiene una formación ética correcta, enraizada en una cuna ejemplar, puede sucumbir fácilmente ante las tentaciones y las ambiciones desmedidas. De ahí la necesidad de contar con una institucionalidad fuerte, que garantice un adecuado control desde el Estado, con cero tolerancia a la impunidad. Por otro lado es necesario que el electorado analice bien los perfiles políticos, para elegir correctamente.

Por hoy lamentablemente la corrupción campea descaradamente en América Latina. El escándanlo de la empresa brasileña Odebrecht, clarifica como nunca la podredumbre que existe en la contratación de la obra pública, donde relucen los sobornos confesos a funcionarios públicos de varios países latinoamericanos, como Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Venezuela y Brasil, además de otros países africanos. Estamos hablando de 788 millones de dólares entregados mediante este sistema antiético e ilegal, siendo Brasil donde se pagó la cantidad más alta de dinero. Además de este escándalo existen otros tantos, como el caso de la expresidenta de Argentina Cristina Fernández, procesada por presunta asociación ilícita, con una orden de embargo por 600 millones de dólares. La destitución del presidente de Guatemala Otto Pérez, por corrupción. El destape de corrupción en El Salvador, con tres expresidentes involucrados, el último, Mauricio Funes, asilado en Nicaragua. Triste panorama al finalizar un año difícil, pero más triste es ver que en Ecuador el Gobierno pretenda hacerse el desentendido, ante semejante descubrimiento. Esperemos que las cosas mejoren en el 2017. ¡Felicidades!

viernes, 23 de diciembre de 2016

¡Más humanidad!

Mientras no sean nuestros hijos, las víctimas de la barbarie de la guerra, mientras esto suceda lejos, muy lejos, no nos inmutaremos como es debido. La impavidez humana, en especial de los que tienen la capacidad de poner un punto final, a los horrores de la violencia oficial como es una guerra, nos aterrar a los que presumimos tener y entender algo de humanidad. Lo que sucede en Siria sencillamente es brutal, la crueldad en su nivel suprema, el desquicio en su máxima expresión; a razón de que se asesina civiles, hombres, mujeres, ancianos y niños. Los señores de la guerra sentenciaran su maldita frase: “daños colaterales”. Sin querer tomar partido por uno de los bandos, señalaremos directamente a los responsables: las potencias mundiales y sus intereses hegemónicos, las naciones que se dedican a la producción y comercio de armas. Sabemos qué banderas flamean frente a las factorías de la muerte.

El entendimiento de la guerra en vez de la razón en el mundo, seguirá todavía por un largo tramo su compañía a la humanidad; por eso es necesario insistir en fortalecer el papel protagónico de la ONU en temas de conflicto bélico. Más aún, es necesario que este organismo internacional, viabilice una agenda de desarme a escala global. Mientras esto suceda, buscar los mecanismos de condena y sanción a los conflictos bélicos, donde se involucre a la población civil. Aunque sea difícil de creer, en la antigüedad las peleas de los guerreros eran a razón de valor y honor. Hoy no existe un discrimen en la guerra, mientras más daño se cause o mate a la mayor cantidad de personas, más efectivas se consideran sus armas, sus estrategias, el poder que presumen. La humanidad en vez de progresar a la par con sus avances científicos y tecnológicos, ha retrocedido al salvajismo de su interior. Es necesario tomar conciencia y no acostumbrarnos a las guerras, sentir el dolor ajeno como nuestro y exigir a los líderes mundiales mayor humanidad en sus decisiones. En estas condiciones difícil celebrar la alegría de la Navidad, en medio de tanto dolor.

viernes, 16 de diciembre de 2016

El matrimonio en dos perspectivas



Hace décadas cuando la interconexión cultural entre los kichwas y el mundo mestizo, para bien o para mal, era todavía incipiente; las uniones nupciales por lo general se realizaban apenas superada la adolescencia. El afán más que una respuesta a una necesidad y una realidad biológica y natural, respondía a una necesidad social y cultural, como la de iniciar un nuevo núcleo familiar. Actualmente esto ha mutado a necesidad de las exigencias contemporáneas, claramente vinculadas a la aculturación. Hoy se trata de seguir una matriz occidental, porque se convive en medio de ella, que es la de cumplir un extenso ciclo académico que se inicia desde la cuna misma, que incluso no termina con el grado universitario, tener una independencia económica y de ahí pensar si es el caso, en formar una familia. Estaríamos hablando, si este proceso no se ha interrumpido, a una edad superior a los 25 años, más o menos. De ahí viene incluso una tendencia aún más “sofisticada” que es la de posponer la llegada de los hijos. Una tendencia que prioriza una respuesta efectiva a las demandas laborales de una sociedad industrializada y tecnocrática, antes que a la fluidez cíclica natural del ser humano.

Tener el primer hijo después de los treinta, tiene sus riesgos, más aún entre los cuarenta. Por hoy con el tema de la equidad de género, hombres y mujeres se han distanciado en muchos casos de la responsabilidad doméstica, del cuidado de sus hijos; porque lo que prima es, con o sin razón, el trabajo, el dinero. Aunque este sistema de vida no es una imposición de algún gobernante autoritario, de alguna forma ha conseguido una oscura fascinación en la sociedad posmoderna, con tendencia endémica hacia el individualismo, de la que los kichwas no estamos exentos. Antes, el matrimonio era temprano, los hijos llegaban temprano. Antes, el matrimonio más que un compromiso de pareja, era un compromiso entre dos núcleos familiares, y como testigo actuaba toda una comunidad, haciendo de esta unión aún más monolítica. Hoy se escucha que, ya “independientes”, los jóvenes invitan a dos de sus amigos para testigos y en cinco ya están casados, para luego al cabo de un tiempo, separarse con la misma facilidad.

viernes, 9 de diciembre de 2016

El billete viejo



A veces resulta un poco tedioso escribir solo para quejarse, y sobre todo de situaciones tan triviales como estas, pero toca. La moneda papel simplifica el intercambio comercial. Por el tipo de material y el manejo constante del dinero físico, obviamente que tiende al deterioro apresurado, más que todo en países de nuestra región. Estamos conscientes que como país dolarizado utilizamos billetes ajenos y no podemos imprimir los nuestros. Remplazarlos implica devolverlos al dueño para que nos reponga billetes nuevos, y esto genera un costo importante al país. Pero a quién se le ocurre disponer o decir que no se recibirá billetes deteriorados o viejos, es un sinsentido, un absurdo; les diré por qué: Un billete es un certificado de un valor específico, se solía decir que respaldado en oro, en tal virtud si ese certificado esté viejo, manchado, sucio o remendado; si es original, tiene un respaldo del ente emisor o patrocinador, en este caso la Reserva Federal de los Estados Unidos y Ecuador que la adoptó como dinero circulante oficial, podríamos decir.

Por esta mala dada decisión oficial, de que no se va a recibir billetes extremadamente remendados o deteriorados, se han dado como es lógico, una serie de interpretaciones de la gente, hasta el punto de que ahora, no pocos rehúyen a aceptar billetes completitos pero viejos, o aquellos a los que le faltan un pedacito, o que están reforzados con un cinta transparente, etc. Si no se acepta, igual toca resistirse y esto se convierte en una cadena, porque lógicamente corremos el riesgo de quedarnos sin valores. Esto entorpece e incomoda las labores comerciales en cualquier parte. Los bancos tienen la obligación y el deber de recibir y dar trámite a remplazar todos los billetes deteriorados, con la condición de que sean genuinos y que conserven la mayor parte de su totalidad. Es urgente que se revierta esta decisión y ver otras alternativas para demorar el deterioro de los billetes. ¡Por favor, es cuestión de sentido común!

viernes, 2 de diciembre de 2016

Hasta siempre comandante

Sin duda alguna Fidel Castro fue el político latinoamericano más importante del siglo XX. Hasta el día de su muerte, ocurrida hace unos días, fue la leyenda viva de las luchas revolucionarias en el mundo. Su deceso como no podía ser de otra manera, trae a colación una serie de reacciones alrededor del mundo, unas ensalzando su nombre en la historia, otras condenando su vida y su legado. Para poder forjar un criterio justo en torno a este personaje, se lo debería hacer lejos de apasionamientos ideológicos, que por tales, se irían a los extremos.

El momento histórico en que inicia la Revolución Cubana, corresponde a una circunstancia especial. Estados Unidos se había erigido como la máxima potencia global y la rivalidad con la Unión Soviética había iniciado lo que se llamó la Guerra Fría. América Latina efectivamente era el patio trasero de los Estados Unidos, a palabras de sus propios políticos y se habían instaurado por doquier, dictaduras militares insensibles y sanguinarias, patrocinadas por la CIA; pues eran entonces nuestros países, abrumados por la pobreza, impávidos y serviles frente al abuso del imperio. Es ahí donde aparece Fidel y sus amigos barbudos, decididos a desafiar el statu quo en la región y reivindicar la dignidad y la soberanía de nuestros países, acosados por siglos de dominio colonial. El triunfo revolucionario castrista de 1959, fue un hito y un quiebre en la historia que trajo consigo mucha esperanza.

Aunque la Revolución obtuvo logros importantes para su pueblo, la búsqueda del Socialismo Puro de sus dirigentes, fue la perdición que demacró a los cubanos. Con una economía dependiente desde el principio, el injusto embargo norteamericano, la intransigencia de la cúpula política; mandó a marchar a su pueblo hacia la miseria y la pérdida de las libertades fundamentales. Con la partida de Fidel, seguro que comienza una nueva época para los cubanos. Con lo que tienen, cualquier democracia sería mejor. La historia sabrá juzgarlo efectivamente. ¡Hasta siempre comandante!