sábado, 29 de agosto de 2015

Desnaturalización

En la cordillera peruana, al descender hacia un extenso valle andino, el anaranjado tejado de sus casas se impregna rápidamente en las pupilas de nuestros ojos, dándonos una sensación de frescura, donde la naturaleza andina se fusiona armoniosamente con las construcciones de la ciudad, en este caso, la de Cusco. Ya dentro de la ciudad, la riqueza arquitectónica tradicional y la infraestructura turística, impresiona a cualquier visitante: construcciones de corte colonial que conservan la cimentación de la ciudad imperial de hace cinco siglos; iglesias, catedrales y edificios que convergen entonadamente con lo andino, entre otras maravillas.

Aunque la ciudad de Cusco tiene el privilegio histórico de haber sido la capital del Tahuantinsuyo y contar con el complejo arqueológico más importante de América, sin pretender ser arribistas debemos anotar algunas particularidades con la ciudad de Otavalo: las dos asentadas en una llanura andina, rodeada de mágicas montañas, provienen de la profundidad histórica precolombina; ambas caracterizadas por la gran riqueza cultural que poseen sus etnias originarias. A esto se añade su particularidad turística y la belleza paisajística de sus regiones. El siguiente dato nos debería llenar de asombro y una sana envidia: aproximadamente un millón y medio de turistas visitan la ciudad de Cusco y sus atractivos anualmente; no sé si a Otavalo llegarán por lo menos unos cien mil.


Haciendo una comparación con la ciudad de Otavalo, definitivamente aquí estamos remando hacia el despeñadero en términos de visión e inversión turística, desde hace más de treinta años. A pesar de que se arregló la presentación de las dos principales vías que atraviesan nuestra ciudad, con sus veredas y todo, nunca se pensó en mantener y fortalecer la identidad andina de nuestra ciudad, a la que ya me he referido en algunas ocasiones. Aquí se permitió desnaturalizar la identidad arquitectónica, al permitir la construcción de cajas de cemento como viviendas,  y tenemos entendido que lo siguen haciendo, con más ahínco; me refiero al nuevo edificio de la Cooperativa “Pilahuin Tio”

lunes, 24 de agosto de 2015

Abandono

No sé si me he aislado de la información local, pero me da la impresión de que la ciudad de Otavalo está abandonada a su suerte. Debo estar equivocado al pensar que el señor Alcalde, las señoras concejalas y los señores concejales, han tomado sus merecidas vacaciones al mismo tiempo. Esto a raíz de que, después de más de un año en funciones de la actual administración, prácticamente las obras emblemáticas por terminar y otras prioritarias, se han paralizado y otras no han comenzado. ¿Cómo es posible por ejemplo, que la ampliación de la vía de circunvalación de Otavalo, quede en las condiciones que se encuentra? Realmente no hay respeto por sus habitantes. Es triste ver como los moradores que viven al otro lado de esta vía, tienen que arrastrarse muchas veces, arriesgando sus vidas, para poder cruzar al otro lado; ni qué decir de los niños. Esta vía actualmente, es un monumento al irrespeto y la ineptitud: sin pasos peatonales, sin señalética, cruces vehiculares y peatonales insuficientes, sifones sobre el nivel de la calzada, montículos en medio de la autopista,  anchura irregular de las vías laterales, expropiaciones pendientes, vehículos que arremeten en contra vía, accidentes; son algunos de los ítems que conforman el caos. Entiendo que el gobierno central está a cargo de esta obra, pero también se debe entender que el dueño de casa, es también corresponsable del desenlace de este tipo de obras.

Por otro lado, la ciudadanía del norte del país se debe enterar, que el mega proyecto del nuevo mercado de Otavalo, que se encuentra ya en su fase final, prácticamente se encuentra en el “olvido” de las actuales autoridades del cantón. Recordemos nuevamente que son alrededor de 20 millones de dólares que serán invertidos en su totalidad; dinero y obra que se encuentra abandonada por el momento, en un rincón donde antes funcionaba el Estadio Municipal de Otavalo. Otros temas como el de la Plaza de los Ponchos o el de la terminal terrestre, seguramente seguirán dilatándose mientras los años pasan. Incluso problemas no tan complicados como la proliferación de perros callejeros, no han podido ser remediados; si son escépticos, atrévanse a cruzar el parque central a altas horas de la noche.

viernes, 14 de agosto de 2015

La propaganda

No me gustaría pensar que para el Gobierno Nacional, el pueblo sea una enorme bola de idiotas. A eso nos empuja la avalancha de la propaganda oficial, con motivo del levantamiento indígena y el paro nacional convocado por distintas organizaciones gremiales y sociales del país. La propaganda como se conoce, es un mecanismo comunicacional, manejada técnicamente para ejercer un cambio de comportamiento en las masas; ejemplo de ello, es la influencia que ejercen las grandes transnacionales, para mantener predispuesta a la gente hacia el consumismo. La idea de la propaganda muchas veces es, inducirnos hacia un estado de somnolencia, para vendernos piedras en vez de oro, o meternos gato por liebre.

La propaganda política es una artimaña que han utilizado muchos políticos, de manera especial los dictadores, con la pretensión de mantener engañada a la gente. Con la invención y el auge de los medios masivos de comunicación en la primera mitad del siglo XX, varios países y potencias involucradas en las dos guerras mundiales, no vacilaron en acudir a este recurso, para direccionar favorablemente la opinión de las masas. Los que manejaron con destreza la propaganda política en este periodo, fueron los alemanes nazis, quienes pretendieron instaurar un imperio de maldad por mil años.

Debo confesar que me incomoda enormemente, el descaro con el que se maneja la propaganda gubernamental, durante el horario estelar de la televisión nacional. Mientras esperamos ansiosos las novedades del noticiario de un canal independiente, arremete irrespetuosamente la propaganda oficial, y no por cinco o diez minutos, sino a veces por más de veinte. El Gobierno Nacional cuenta con una cantidad de medios de comunicación, de prensa, radio y televisión; además la presidencia dispone de la tristemente célebre “sabatina”; entonces ¿cuál es la necesidad de bombardearnos con tantas cadenas y enlaces, que poco o nada nos interesa? No somos una bola de idiotas, somos un pueblo digno con criterio formado, conocemos a cabalidad cuales son los logros y los tremendos desaciertos de la actual administración. Al igual que la mayoría de los ecuatorianos exigimos rectificaciones, y no permitiremos que moldeen ilegalmente la Constitución, a la medida de sus propios intereses.

domingo, 9 de agosto de 2015

Heredad territorial usurpada

La tesis indigenista de que América fue usurpada a los nativos de este continente, mediante un monstruoso genocidio que nunca se justificará, es el golpe del martillo en el yunque, por el que los encargados de escribir la historia y establecer a plenitud los estados nacionales criollos, en el marco de la virtud, no han podido conciliar su sueño durante los últimos siglos. Defensores de los “indios”, ante los abusos cometidos en contra de ellos, aparecieron desde el principio; como el mismísimo Fray Bartolomé de Las Casas, pasando por escritores y antropólogos, hasta el reconocimiento jurídico de los Derechos de los Pueblos Indígenas por parte de la ONU, la OIT, y los mismos estados nacionales de las Américas; sin olvidarnos también del acto de contrición de los últimos papas de la Iglesia Católica, con respecto a este tema.

La historia clásica nos enseñó que los habitantes de este continente, llegaron a través del Estrecho de Bering hace más o menos trece mil años, al término de la última glaciación. En 1997, esta teoría se desbarató, cuando varios de sus defensores reconocieron públicamente, que una excavación arqueológica realizada en el sur de Chile, había demostrado de manera inapelable, la presencia humana en esa región, hace más de aquella fecha migratoria; algunos arqueólogos han propuesto que los primeros pobladores de este continente se remontan a más de treinta mil años, incluso otros científicos plantean la hipótesis de que, antes de la llegada de Colón, hubo hasta cinco oleadas sucesivas de asentamientos, la primera hace cincuenta mil años.

Sea lo que sea, queda claro que la civilización humana, se desarrolló simétricamente en los diferentes continentes. Al igual que la heredad territorial de los europeos, los asiáticos, los africanos y otros pueblos, queda bien marcada por la historia; lo mismo correspondería a los nativo-americanos. Los pueblos y naciones originarias de América, tendrían todo el derecho de reclamar sus territorios y a preservar su cultura, sobre cualquier circunstancia. Esto a propósito de las expresiones de un funcionario gubernamental, en el sentido de que la marcha indígena que se realiza en estos días, no tendría permiso. ¡Qué ridiculez!