viernes, 26 de agosto de 2016

Falsa creencia


Hasta ahora persiste la falsa creencia de que la cultura occidental, llámese cultura judeocristiana que tiene sus raíces en la cultura grecorromana, representa en su raíz y desarrollo, la civilidad y el pensamiento lúcido de la humanidad. Al contrario se creía o se cree, que otras culturas alrededor del mundo, representan a la barbarie y el subdesarrollo. Recordemos que a la llegada de los europeos a tierras americanas, se dudaba incluso de la humanidad de los nativos. Se decía de civilizaciones como el de los aztecas o mayas, que eran una horda de salvajes y bárbaros que realizaban sacrificios humanos e incluso se les acusaba de canibalismo.

Ahora bien, la tradición cuenta que en el monte Liceo, en Grecia, cuna de la civilización occidental, se realizaban sacrificios humanos al mayor de  todos los dioses griegos, Zeus, en un ritual donde se sacrificaba dos animales y una persona joven, para luego de mezclar la carne de las víctimas, comer entre los asistentes al rito. Efectivamente ahora un grupo de arqueólogos de la Universidad de Arizona, ha encontrado por primera vez, pruebas de que ciertamente se hicieron sacrificios humanos. “Los investigadores hallaron una tumba que contenía un esqueleto humano, al que le faltaba la parte superior del cráneo, mezclado con cenizas y huesos de animales. Los análisis realizados indican que los restos pertenecían a un adolescente, del siglo XI a dC.”

En conclusión, la humanidad tiene su origen en el centro de África, todos los seres humanos procedemos de una matriz común. Lo conocido es que grupos humanos se esparcieron por distintas áreas geográficas del mundo, a través de miles de años y se desarrollaron indistintamente, y el ambiente determinó su cultura y sus rasgos particulares. Ninguna civilización puede atribuirse cierta superioridad, todas tuvieron un proceso evolutivo parecido.

jueves, 18 de agosto de 2016

Pesadilla

Imagen: datosgratis.net 

Me desperté de un sobresalto a las cuatro de la mañana. Había tenido una pesadilla de gobierno. Soñé que estaba en medio de un trámite tremendamente engorroso, que debía pagar una multa de cientos de dólares cada cierto tiempo en forma indefinida, solo por haber cometido quien sabe qué, una simple contravención de tránsito. Al despertar perdí el sueño y me quedé pensando en que la pesadilla no dista mucho de la realidad.

Me considero una persona responsable y con un conocimiento suficiente en el manejo vehicular y de las normas de tránsito vigentes, tal vez no conozca al detalle de las sanciones enumeradas, pero no solo trato, sino que cumplo disciplinadamente este reglamento de urbanidad. Sin embargo les cuento que hace ya un tiempo, tuve que pagar cerca de 200 dólares por multas de tránsito, les cuento por qué: la más cara me notificaron, cuando en Guayllabamba por rebasar otro vehículo, marqué 104 o 107 km/h, unos puntillos más del límite que es 100 km/h. La otra fue porque mi acompañante no se había percatado en ponerse el cinturón de seguridad y la tercera nunca supe el por qué.

La otra multa que fue superior a los 100 dólares, ni siquiera lo supe hasta varios años después. Resulta que un familiar mío se llevó el carro a Quito y en el apuro no se acordó lo de Placa y Pico; el carro había quedado detenido hasta pagar la multa y hacer los trámites correspondiente, hasta ahí todo bien. Pero resulta que después de una detención de estas en Quito, a pesar de cumplir con las sanciones, el vehículo entra al sistema metropolitano y aunque sea de provincias tenía que hacer a más de la matriculación normal, las revisiones anuales en Quito, caso contrario la multa se acumulaba. Una locura. Hace poco me encontré con un amigo, primero preocupado por la falta de trabajo; segundo, desesperado porque se enteró de que tenía que pagar alrededor de 500 dólares de multa por contravenciones de tránsito. 

sábado, 13 de agosto de 2016

El Otavalo antiguo


Remontándonos a la época precolombina, la confederación carangue-cayambe era un vasto territorio ubicado al norte de Quito, que se extendía desde las riberas del río Guayllabamba hasta los límites con los pastos por el río Carchi. Pueblos distribuidos en cacicazgos, con un importante grado de desarrollo, que hoy puede ser corroborado por la cantidad restos arqueológicos, donde priman las tolas y las pirámides truncas, en donde el Otavalo prehispánico era el centro cultural y económico de esta gran nación. A fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI llegan los conquistadores sureños a la región que actualmente comprende la República de Ecuador, siendo Tomebamba, la actual Cuenca, la principal ciudad inca fundada en estas tierras. Al llegar a Quito y querer extender sus dominio más al norte, los incas encontraron la más feroz resistencia de estos pueblos que no estaban dispuestos a doblegarse frente al invasor sureño. Al cabo de muchos años y cruentas batallas, la confederación del norte se enfrenta en un histórico combate, en lo que hoy es conocido como la batalla de Yahuarcocha, donde se calcula de entre 30 mil a 50 mil muertos en combate; se dice que los muertos fueron lanzados al lago, por lo que quedó como “lago de sangre”, Yahuarcocha.

Los incas básicamente estuvieron pocos años afianzando su dominio en estas tierras, cuando de pronto llegaron otros invasores, esta vez los españoles, que en un principio se aliaron con los nativos para borrar el dominio inca; pero los peninsulares muy pronto se convirtieron en sus verdugos, al institucionalizar un sistema de opresión y explotación de tamaño descomunal. El Otavalo antiguo prehispánico se ubicaba en San Rafael, luego los españoles se asentaron en tierra Sarance y por el prestigio e importancia que denotaba el nombre de Otavalo, adoptaron ese nombre permanentemente y se establece la ciudad en la que actualmente convivimos entre indígenas y mestizos. 

viernes, 5 de agosto de 2016

El águila y el cóndor


El águila calva, es una majestuosa ave originaria de Norteamérica y símbolo nacional de los Estados Unidos. Su nombre se debe al plumaje blanco que tiene en la cabeza y la parte de la cola. Ave sagrada de gran significación para los pueblos nativos de esta región. Por su parte el cóndor andino, es otro majestuoso animal sudamericano, reconocido como una de las aves voladoras más grandes del mundo y su longevidad es casi idéntica al de los humanos, pudiendo vivir unos ochenta años. El cóndor a más de ser parte de la espiritualidad y la mitología de los pueblos indígenas de estas regiones, es símbolo nacional de todos los países andinos como el Ecuador, que lo tiene representado en su escudo nacional.

Al respecto existe una hermosa profecía, que según los grandes sabios nativos cambiará la historia de la humanidad. Se predice que en el quinto pachakutik, periodo en el que nos encontramos –pachakutik es un ciclo de 500 años- ocurrirá la gran reunión entre la gente que es del Águila y la gente que es del Cóndor. Se dice que la gente del águila sumamente intelectual, se orientó hacia las ciencias, con una enorme capacidad de diseño tecnológico, que le permitirá obtener grandes riquezas; sin embargo su vacío espiritual pondrá en peligro su existencia. Por su lado la gente del cóndor, del espíritu, de los sentidos, fuertemente intuitiva, enfocó su vida en armonizarse con la naturaleza y su fuerte será la sabiduría; pero su debilidad será la incapacidad de interactuar con el mundo material y esto lo volverá vulnerable.

En esta historia se representa en el águila lo occidental y en el cóndor lo indígena, haciendo notar que solo la unión de estas dos visiones, salvará el mundo; cuando el cóndor y el águila vuelen juntos nuevamente. Aunque parezca irreal, aquí en el Valle del Amanecer en Otavalo, se puede realmente ver volar, solemne y majestuosamente a un águila y a un cóndor, juntos; solo tiene que subir la loma aledaña de Pucará.