jueves, 18 de agosto de 2016

Pesadilla

Imagen: datosgratis.net 

Me desperté de un sobresalto a las cuatro de la mañana. Había tenido una pesadilla de gobierno. Soñé que estaba en medio de un trámite tremendamente engorroso, que debía pagar una multa de cientos de dólares cada cierto tiempo en forma indefinida, solo por haber cometido quien sabe qué, una simple contravención de tránsito. Al despertar perdí el sueño y me quedé pensando en que la pesadilla no dista mucho de la realidad.

Me considero una persona responsable y con un conocimiento suficiente en el manejo vehicular y de las normas de tránsito vigentes, tal vez no conozca al detalle de las sanciones enumeradas, pero no solo trato, sino que cumplo disciplinadamente este reglamento de urbanidad. Sin embargo les cuento que hace ya un tiempo, tuve que pagar cerca de 200 dólares por multas de tránsito, les cuento por qué: la más cara me notificaron, cuando en Guayllabamba por rebasar otro vehículo, marqué 104 o 107 km/h, unos puntillos más del límite que es 100 km/h. La otra fue porque mi acompañante no se había percatado en ponerse el cinturón de seguridad y la tercera nunca supe el por qué.

La otra multa que fue superior a los 100 dólares, ni siquiera lo supe hasta varios años después. Resulta que un familiar mío se llevó el carro a Quito y en el apuro no se acordó lo de Placa y Pico; el carro había quedado detenido hasta pagar la multa y hacer los trámites correspondiente, hasta ahí todo bien. Pero resulta que después de una detención de estas en Quito, a pesar de cumplir con las sanciones, el vehículo entra al sistema metropolitano y aunque sea de provincias tenía que hacer a más de la matriculación normal, las revisiones anuales en Quito, caso contrario la multa se acumulaba. Una locura. Hace poco me encontré con un amigo, primero preocupado por la falta de trabajo; segundo, desesperado porque se enteró de que tenía que pagar alrededor de 500 dólares de multa por contravenciones de tránsito. 

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