sábado, 28 de septiembre de 2013

Tributos y arbitrariedades

En la segunda mitad del siglo XIX, las relaciones entre las comunidades indígenas más rebeldes que no se sometieron nunca al yugo de la sociedad blanco-mestiza y el Estado ecuatoriano, eran muy tensas. Tal como había contado el taita José Manuel Amaguaña, mi bisabuelo; posiblemente a finales del periodo presidencial de García Moreno, Agato era una comarca pequeña, asentada en las faldas del cerro Imbabura, que albergaba a los indios más bravos de la región. En aquella época el Estado ecuatoriano trataba de imponer por las buenas o por las malas el pago de tributos; sean estos en dinero, animales, productos agrícolas o la mano de obra, en la que se producían humillantes arbitrariedades y abusos, que hasta entonces solamente Fernando Daquilema en la provincia de Chimborazo, se había rebelado.

Pues llegaron en ese tiempo a esta comunidad, las autoridades tributarias y su grupo de guardia civil, a imponer su ley y la ley del Estado. Indignados de tanto atropello los comuneros reaccionaron y cercaron temerariamente a la comitiva, para luego someterlos y castigarlos al puro estilo de la ya conocida justicia indígena. Fueron azotados, bañados, y expulsados desnudos de la comunidad; fue tanta la indignación y humillación de las autoridades oficiales, que en represalia, como estaban acostumbrados en aquella época, no vacilaron en utilizar a la milicia nacional, con miras a realizar una incursión militar que exterminaría a los rebeldes de esta comunidad.

El ejército con una bandera roja en señal de guerra, avanzó hasta acampar en la comunidad vecina de Peguche, todo indicaba que se produciría un enfrentamiento, quizá una masacre de impredecibles proporciones. Ante la presencia del ejército empezaron a sonar los churos en la comunidad y todos armados con palos, piedras y garrotes, se apresuraron a tomar posición al filo y el trayecto de la acequia que cruza por el sector de Chimbaloma, dispuestos a no rehuir a la batalla. Afortunadamente el ejército se retiró y nunca fue fácil someter a los indios de Agato.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Muerte es muerte

Lamentablemente muchas veces la lucha política se torna violenta; santificada por unos y maldecida por otros, siempre ha sido así; muerte, destrucción y barbarie a nombre de la libertad. El pasado 11 de septiembre se conmemoró los 40 años del golpe de Estado y el asesinato del Presidente socialista Salvador Allende, por parte de los militares chilenos encabezados por el General Augusto Pinochet; hecho traumático y violento que giró radicalmente el destino de un país latinoamericano que había recreado el inédito caso de un socialismo eleccionario. Paralelamente se recuerda los terribles atentados terroristas ocurridos en Nueva York y otros sitios de Estados Unidos en el 2001.

Las naciones y sus dirigentes no han subestimado la pérdida de vidas humana a la hora de imponer sus ideales, que paradójicamente se rotulan a nombre de todos. Millones de muertos y desaparecidos a manos del régimen estalinista en la antigua Unión Soviética, millones de victimas en la llamada Revolución Cultural de la China de la segunda mitad del siglo XX, otros millones de muertos en la guerra de Vietnam; al igual que en otros gobiernos dictatoriales, miles de muertos y desaparecidos en el régimen militar chileno. La sociedad chilena quedó fraccionada gravemente, como un trauma nacional difícil de curar incluso después de más de 20 años de haber regresado al régimen democrático, y tardará varios años más para que esta herida social comience a cicatrizarse.

En una carnicería humana no podemos justificar a nadie, masacre es masacre; más peor aún si es que se involucra civiles inocentes; no importa que sean patriotas, revolucionarios o terroristas; es irrelevante que sean sirios, chinos o norteamericanos, a la final muerte es muerte. Es importante elevar el poder vinculante de la ONU para que empiece a legislar seriamente en temas tan trascendentales como: derechos civiles y colectivos, restricción a la producción y comercio de armas, cambio de la matriz energética, nuevo orden económico mundial, movilidad humana, entre otros.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Para el próximo alcalde

Hace ya algunos días reflexionaba sobre el decaimiento del turismo, particularmente en lo que concierne al cantón Otavalo. Hoy me ratifico nuevamente que el principal sustento de la provincia de Imbabura está en pleno declive. Más que hacer reflexiones realistas que pueden parecer pesimistas, es necesario también gestar algunas propuestas tendientes a revertir este malhadado proceso, con la esperanza de que alguna autoridad la tome en cuenta.

La rehabilitación del ferrocarril en la ruta Otavalo- Ibarra, indudablemente re potenciará el turismo en esta zona, pero paralelo a esto se debe gestar zonas de parada atractivas y óptimas para el turismo. El visitante llega a Otavalo por tres razones fundamentales: Plaza de los Ponchos, etnia y paisajes; por lo que es importante rehabilitar mediante una reingeniería integral la zona de influencia de este centenario mercado artesanal; en el tema cultural hace falta diversificar la producción artística a nivel industrial, como también motivar y apoyar la vivencia cultural de los kichwas; paralelamente se debe crear una ordenanza municipal para dar una identidad arquitectónica a la ciudad, en donde se exija el uso de materiales nobles como la teja, la madera y la piedra en la remodelación y construcción de viviendas, tanto en la urbe como en la zona rural. La limpieza es algo imprescindible a la hora de gestar proyectos turísticos, por eso es importante descontaminar urgente los ríos y erradicar el desaseo en la ciudad, por medio de una campaña efectiva y sanción para los infractores. El control a los restaurantes debe ser estricto y permanente. Cómo olvidar también el trato a los turistas, que es otro de los temas donde se debe trabajar permanentemente; debemos ir pensando en el etiquetado correcto de los productos a comercializarse, con su respectivo precio, para evitar el asedio a los turistas y el abuso en los precios.
Si los potenciales candidatos o candidatas a la Alcaldía de Otavalo, no han tomado en cuenta estos importantes temas en su agenda de gestión, les recomendaría que por favor se queden tranquilos en sus respectivos domicilios y dejen trabajar a otros que sí pueden tener visión.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Siria y la violencia doméstica

La violencia doméstica por lo general perfila a un padre de familia, que en uso de la superioridad basada en la fuerza bruta, golpea y maltrata a su esposa e hijos, a título de ser el jefe de familia. En estas circunstancias el padre de familia puede alegar, que es un conflicto interno y que nadie debe meterse en sus problemas familiares; a pesar de esto es indiscutible y urgente la intervención de una autoridad competente. Esta analogía pudiera parecer muy simplista a la hora de analizar los problemas internos de un país, la de Siria específicamente; pero es muy ilustrativa. Indudablemente la geopolítica demanda de otro tipo de análisis relacionados con aspectos históricos y culturales más complejos y profundos, pero a la final el asunto es el mismo.

El derecho y el cumplimiento de acuerdos internacionales de convivencia deben ser cumplidos, no cabe una anarquía mundial a razón del altivo y patriótico discurso del no intervencionismo, que como discurso suena bonito. La ONU debe desempeñar un papel preponderante en este conflicto y en otros, a razón de que es un organismo multilateral creado con estos fines, y la autoridad debe prevalecer por encima de las potencias mundiales, que en este y en otros casos asedian como buitres hambrientos. Es obvio que estas potencias tienen sus intereses puestos en el Medio Oriente y en Siria particularmente. ¿Y quien no tiene intereses en este mundo petrolero?, un caso patético, es el caso Yasuní, para ilustrarlo de la mejor forma.

Pero lo que debe prevalecer sobre cualquier tipo de intereses, es el interés por la vida y la dignidad humana. Jamás se puede tratar de justificar de ninguna forma, una carnicería humana como la que sucede en Siria, eso es inadmisible. No importan las posturas de nadie. No importa quien haya utilizado armas químicas, si el gobierno o los rebeldes, lo que importa es parar este conflicto ¡ahora! Lejos de abogar por un dictador que heredó su poder presidencial; o por los rebeldes sirios que cuenta con la bendición imperial, simplemente clamo por una paz efectiva.