viernes, 29 de septiembre de 2017

Caos vehicular













Más allá de que la vialidad del sector rural ha mejorado notablemente, la ciudad de Otavalo en este tema, por hoy se encuentra en un caos total. La vía de circunvalación prácticamente ya no circunda ninguna cosa, sino mas bien es una vía que pasa por la mitad de la urbe y genera demasiado conflicto en la movilidad urbana, por el hecho de que se  cortaron algunas intersecciones que conectaban el centro con varias ciudadelas y sectores periféricas de la ciudad.

Con el inicio de clases la intersección entre la vía de circunvalación (Panamericana) y la vía que conduce hacia San Juan, en la parte occidental de la ciudad, se ha convertido en un hervidero total de vehículos, más que todo en horas de salida y entrada estudiantil. A esa parte están algunas instituciones educativas que acogen a miles de estudiantes y en consecuencia hay cientos de padres de familia apurados que se quedan en medio de una congestión terrible en ese cruce vial. El caos se repite en el cruce de las vías que conducen a Selva Alegre que por cierto está en pésimas condiciones y la otra que va hacia Quiroga, donde están dos instituciones educativas. Por otro lado es evidente el caos vehicular que se genera en la entrada norte de la ciudad, junto al redondel, donde los fines de semana existe una gran afluencia de vehículos provenientes de Pichincha, que entran en conflicto con los vehículos que van en sentido contrario hacia el centro de la ciudad. Otavalo necesita acciones inmediatas para remediar esta situación, es necesario habilitar otras vías alternas que den respiro a estos puntos críticos, se debe terminar de una vez por todas la vía de circunvalación y establecer una señalización de primera. Que no se olviden de los pasos peatonales decentes, no esas moles de cemento “laberínticos” que espantan a cualquiera.

El parque automotor ha crecido tanto a nivel local y nacional, y resulta evidente que nuestras ciudades no tuvieron una planificación adecuada como para mitigar esta situación. Por un lado se habla de ciudades renovadas que prioricen al ser humano, al peatón, y así debe ser; pero por otro lado el número de vehículos sigue creciendo y las ciudades tienen que dar una respuesta frente a esta situación, para eso están nuestras las autoridades, que muchas veces se duermen en los laureles.

viernes, 22 de septiembre de 2017

¡Un desmadre!

Cuando se había perdido toda esperanza, tuvo que ocurrir un milagro. Los diez años del correismo fueron traumáticos para el Ecuador y sus efectos perdurarán por algún tiempo. Para el ecuatoriano medianamente informado, sin vínculo alguno al partido del Gobierno, la llamada “década ganada”, no fue más que un desperdicio total, si hablamos de los grandes cambios que necesitaba el país, tanto a nivel estructural, el cambio a la matriz productiva, el fomento a las libertades y  los derechos humanos, la concreción de un auténtico Estado Prurinacional, entre otros ítems. La “Revolución Ciudadana” como lo han contado incluso varios de sus cofundadores, se fue paulatinamente alejándo de sus preceptos iniciales, para recluirse en una especie de un caprichoso y enfermizo dominio caudillista. Lo que ya se sabía de dientes para adentro hoy comienza a develarse en medio de una especie de grotesca telenovela, donde las pasiones, las traiciones, el robo, el espionaje, la corrupción, el contubernio, y no sé qué desmadre más, constituyen la trama de cada capítulo. Por todo esto bajó la popularidad del anterior régimen, por todo esto la mitad de los ecuatorianos no votó por el continuismo que representaba Lenín Moreno, por todo esto muchos tuvieron que regresar a ver obligadamente al candidato banquero.

La historia es conocida, el candidato oficial se impuso en medio de cuestionamientos a la independencia del Consejo Nacional Electoral y sospechas de fraude. Aunque el grito de amplios sectores de la sociedad ecuatoriana se escuchó por todos lados, las cartas ya estaban echadas y las esperanzas se fueron desvaneciendo con el pasar de los días. Pero el milagro ocurrió. Contrario a lo que muchos esperaban, el nuevo presidente ecuatoriano efectivamente se sacudió del correismo y en correspondencia al clamor nacional abrazó la sensatez y  proclamó una lucha abierta contra la corrupción y la apertura de canales de diálogo entre el Gobierno y la sociedad civil. Aunque haya sido parte del gobierno anterior, siempre miré a Lenín Moreno como a un hombre bueno. Por el bien de todos, ojalá no nos equivoquemos de nuevo.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Es lo que somos












Un video de Youtube en el que una venezolana inmigrante señala a los ecuatorianos como “indios feos”, se ha viralizado y ha provocado una cantidad de reacciones que dejan a flote, la calidad de sociedades en la que vivimos. Por un lado persiste el complejo colonial arcaico, de que si no eres blanco, caucásico, europeo o norteamericano; eres menos, de poco valor o simplemente feo; por otro lado, los ecuatorianos no terminamos de aceptar algo que está explícito, en nuestra forma de hablar, en nuestra apariencia, nuestra idiosincrasia, que nos delata a leguas; nuestra condición de runas, de indígenas o de indios, como quiera que lo llamemos, y lo tomamos como algo indigno o como un insulto. Claro que muchos con sobresalto dirán, no, no; somos mestizos, como queriendo opacar su mayoritaria herencia genética, que es autóctona. Existe más todavía, la creencia absurda y estúpida de que mientras más blanca sea tu piel, más se acerca a lo bello; nada más fuera de la realidad, pues incluso dentro de cánones y arquetipos de belleza occidental, podemos encontrar gente “bella”, tanto en afrodescendientes, asiáticos, amerindios y otros grupos étnicos. Es pues una creencia retrógrada que refleja la limitada capacidad intelectual de sus creyentes. Pero para el colmo son creencias que han florecido en tierras latinoamericanas, donde casi la totalidad de su población tiene profundas raíces indígenas, complementadas con raíces africanas y  europeas, para ser más específico de la Europa morisca peninsular. Esto demuestra una monumental falta de autoestima, en otras palabras, sentirse menos, tener lástima de su propia condición étnica o “racial”. 

En realidad resulta incómodo abordar estos temas que nos hacen retroceder siglos, pero toca ir afinando algunas desavenencias en cuanto a conceptos y creencias, que surgen alrededor de este tema cada cierto tiempo. Ya es hora de sepultar nuestra manía de prejuzgar a la gente por su condición étnica, cultural, social, laboral o de género. Asumir nuestra identidad genética y cultural con orgullo, no solo proyecta nuestro buen nivel de autoestima, sino que devela una mente abierta y educada.

lunes, 11 de septiembre de 2017

La inhumanidad en Ecuador


Nos sorprende la impavidez de los ecuatorianos frente a una noticia que debería ser un escándalo nacional, donde todos deberíamos sentirnos denigrados y exigir la más ágil investigación de parte de las autoridades de la Función Judicial, para que los culpables reciban el máxima castigo. Me refiero a las denuncias de torturas en la cárcel de El Turi de Cuenca. Los testimonios de reclusos y familiares, víctimas de extorsión revelan dramáticos testimonios de supuestas prácticas de tortura al interior de este centro de rehabilitación social, conocido como El Turi. Según una nota de prensa “Los internos testimoniaron ante las autoridades fiscales que les maltrataban físicamente de forma masiva o individual, mediante descargas eléctricas de alto voltaje, colgándoles de los pulgares o arrojándoles agua helada durante la noche y madrugada.” Todo esto consta en el proceso que la Fiscalía investiga, una supuesta operación de una red de extorsión, en la que se encuentran involucrados internos y el exdirector de la cárcel.

“He venido viviendo una pesadilla, me han apuñalado los glúteos, el pulmón…me torturaban, pasaban los cables por medio de unas ventanas de una celda que había a lado, me ponían los pies en baldes de agua y los cables en los pulgares”, cuenta uno de los internos a un perito legal. Según las primeras investigaciones los relatos coinciden con las lesiones encontradas en el cuerpo de un interno. Según las noticias parece que las motivaciones de estas monstruosidades fue el dinero. Las víctimas cuentan que entregaron miles de dólares a los victimarios, incluso vendiendo algunos enseres de la casa. Una abominable noticia que pesábamos solo sucedía en países lejanos o en películas de terror.


Obvio que la responsabilidad por estas aberraciones del sistema estatal cae en el Gobierno Nacional, más aún en un gobierno que se autocalificaba como íntegro y respetuoso de los derechos humanos. Cómo las autoridades carcelarias y del sistema judicial no se percataron de semejante inhumanidad que ocurría frente a sus narices, eso por no sospechar que la permitieron o la socaparon. Muchos abusos comienzan a develarse. ¡Que los culpables sean castigados! 

viernes, 1 de septiembre de 2017

Otavalo












Otavalo ocupa un paradisiaco rincón de la cordillera andina ecuatoriana y una ubicación  privilegiada. En el Hemisferio Norte, a un paso de la Línea Ecuatorial, Otavalo está apenas a unos 100 kilómetros de Quito, la capital de la República; a un poco más de una hora del Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, con vuelos y conexiones a cualquier parte del mundo; a unos 150 kilómetros aproximadamente de la frontera con Colombia. A un tiempo muy cortísimo de la Costa o de la Región Amazónica. Colindante con otros hermosos valles andinos, el Valle del Amanecer surge en la tranquilidad de sus azules cielos, rodeados de imponentes montañas, desde donde se puede contemplar a plenitud la majestad de la creación y la pujanza de sus hijos e hijas, que han impregnado en su tierra su huella indeleble.

Esa será la razón para que los que tomaron vuelo a otras partes del mundo, entre los que se destacan los comerciantes kichwas, afincados en la mayoría de países del mundo, retornen cada cierto tiempo, para como dicen “recargarse” con su madre tierra; y otros que no lo pueden hacer, vivan siempre con la añoranza del recuerdo y el deseo eterno en el regreso a su tierra, a su “llakta”.

En la actualidad Otavalo se proyecta al mundo como una ciudad intercultural, por la particularidad de que aquí conviven dos culturas, la mestiza y la indígena. La interculturalidad en su estatus pleno, correspondería a un proceso social complejo, dada nuestra particularidad histórica; por lo que se puede afirmar que la nuestra, la de Otavalo está en construcción. Como coterráneos tenemos las herramientas y la materia prima de gran valía, para proyectarnos hacia la consecución de nuestras aspiraciones, que es la reconstrucción de Otavalo como una ciudad de Cultura, turismo y trabajo, acorde a las exigencias del siglo XXI. El reto es nuestro, la de ustedes, de todos; convertir a Otavalo en una ciudad del mundo, pero una ciudad con identidad propia. ¡Que viva Otavalo!