lunes, 18 de septiembre de 2017

Es lo que somos












Un video de Youtube en el que una venezolana inmigrante señala a los ecuatorianos como “indios feos”, se ha viralizado y ha provocado una cantidad de reacciones que dejan a flote, la calidad de sociedades en la que vivimos. Por un lado persiste el complejo colonial arcaico, de que si no eres blanco, caucásico, europeo o norteamericano; eres menos, de poco valor o simplemente feo; por otro lado, los ecuatorianos no terminamos de aceptar algo que está explícito, en nuestra forma de hablar, en nuestra apariencia, nuestra idiosincrasia, que nos delata a leguas; nuestra condición de runas, de indígenas o de indios, como quiera que lo llamemos, y lo tomamos como algo indigno o como un insulto. Claro que muchos con sobresalto dirán, no, no; somos mestizos, como queriendo opacar su mayoritaria herencia genética, que es autóctona. Existe más todavía, la creencia absurda y estúpida de que mientras más blanca sea tu piel, más se acerca a lo bello; nada más fuera de la realidad, pues incluso dentro de cánones y arquetipos de belleza occidental, podemos encontrar gente “bella”, tanto en afrodescendientes, asiáticos, amerindios y otros grupos étnicos. Es pues una creencia retrógrada que refleja la limitada capacidad intelectual de sus creyentes. Pero para el colmo son creencias que han florecido en tierras latinoamericanas, donde casi la totalidad de su población tiene profundas raíces indígenas, complementadas con raíces africanas y  europeas, para ser más específico de la Europa morisca peninsular. Esto demuestra una monumental falta de autoestima, en otras palabras, sentirse menos, tener lástima de su propia condición étnica o “racial”. 

En realidad resulta incómodo abordar estos temas que nos hacen retroceder siglos, pero toca ir afinando algunas desavenencias en cuanto a conceptos y creencias, que surgen alrededor de este tema cada cierto tiempo. Ya es hora de sepultar nuestra manía de prejuzgar a la gente por su condición étnica, cultural, social, laboral o de género. Asumir nuestra identidad genética y cultural con orgullo, no solo proyecta nuestro buen nivel de autoestima, sino que devela una mente abierta y educada.

No hay comentarios: