domingo, 13 de junio de 2010

20 años del primer levantamiento - Ecuador

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Ante el fracaso del estado nacional en “incluir” totalmente a los indios, a la llamada cultura nacional, después de 160 años de haberse fundado la República, y ante el fracaso también del gobierno social demócrata de Rodrigo Borja, en socializar la justicias social con libertad, y la imposibilidad de realizar una reforma política incluyente, que reconozca la existencia en el país de culturas, pueblos y nacionalidades; los pueblos originarios del Ecuador, cansados de la exclusión social, económica y política, el 20 junio de 1990, en un acontecimiento sin precedentes, se realiza el primer levantamiento indígena en el país, sacudiendo los cimientos mismos de la estructura caduca y colonialista del estado ecuatoriano.
Este hecho social de enorme trascendencia política, no solo a nivel nacional, sino internacional, pone en cuestionamiento la legitimidad misma de los estados nacionales latinoamericanos, con relación a los pueblos indígenas. Este hecho histórico, además de iniciar una discusión y un estudio antropológico y social, marca el inicio de la participación activa de los indígenas en la vida política del país, incluso como el referente principal en la salida de varios gobernantes del país.
Se cumplen 20 años de esta gesta marcada por la dignidad, el orgullo étnico, deseo de reivindicación, que de muchas formas dio la posibilidad a las nuevas generaciones, la aspiración de poder construir un estado plurinacional, incluyente, participativo y de hecho un país pluricultural y multiétnico.
A lo largo de estas dos décadas, el movimiento indígena, con aciertos y desaciertos como cualquier organización social, realiza una serie de propuestas y aportes, enmarcados en efectivizar los derechos colectivos y sociales; dentro de este contexto podemos afirmar que se han dado logros significativos, el más importante creo yo, es haber recuperado nuestra autoestima y el orgullo cultural.
Sin embargo dentro de una sana reflexión, hacemos notar la falta de una propuesta política bien definida para la construcción plena, del tan ansiado estado plurinacional, en estos veinte años nos hemos centrado en defender los recursos naturales, en preservar algunas dádivas del gobierno y en la participación política electorera, enviciada con las prácticas de los partidos políticos tradicionales. Es hora de pensar y replantear los postulados indígenas, replantear estrategias de participación más efectivas y legítimas.

Estado plurinacional

Con la aprobación de la nueva Constitución Política del Ecuador, los kichwas ecuatorianos que anhelábamos una reestructuración política del estado, acorde con la realidad socio-cultural del país, nos sentíamos un tanto victoriosos, pues se incluyeron por primera vez, con pleno reconocimiento, los términos plurinacional y pluricultural.
A pesar de este logro legal importante, la construcción de un estado plurinacional se ve un tanto difusa y lejana; por un lado el poder ejecutivo vigente, parece subestimar la verdadera dimensión del proyecto plurinacional; por otro lado las organizaciones indígenas, igual vigentes, sufren una especie de miopía conceptual sobre el tema, parecería que a sus asesores foráneos, más les interesa el tema de los recursos naturales que el tema del estado plurinacional.
Ante esto, cualquier incursión intelectual sobre el tema, debería ser alentada; más que todo, si es que lo hay, por el sector más pragmático de la dirigencia indígena nacional. No cabe duda que en este tema, como pueblos y nacionalidades indígenas, nos hemos descuidado.
Estamos convencidos que se debe legislar de urgencia, sobre la formalización como entes administrativos plenos, a los gobiernos comunitarios, de los pueblos, como también de las nacionalidades; y de manera categórica, planteamos la creación del Consejo Étnico de Pueblos y Nacionalidades del Ecuador, con sus miembros elegidos por votación en las jurisdicciones indígenas y afros del país. Sería la máxima instancia étnica, que fije y ejecute las políticas en torno a un tema básico: El desarrollo integral y sostenible con identidad.
Las características de esta entidad, se lo debe construir con la total participación de sus involucrados, indudablemente debe también ser una entidad supra-ministerial, bien encajado en el engranaje del aparato administrativo estatal ecuatoriano. Debemos abrir un amplio y desprejuiciado debate en torno a este tema, de magna trascendencia para nuestros pueblos y nacionalidades.

jueves, 18 de marzo de 2010

Gobierno vs movimiento indígena

Es necesario estar un tanto desligados del gobierno y del movimiento indígena, para tener una opinión justa e independiente, en este tira y afloje, en la que se encuentran los dirigentes indígenas y el gobierno; en esto, está claro que más que los intereses de la ciudadanía, entendido todos los ecuatorianos; están los intereses políticos de cada grupo.
Por un lado el gobierno se aferra tozudamente, a la idea de que son ellos, los salvadores de la Patria y no vacilan en ostentar su derecho a ser los únicos dueños de la verdad, al fin al cabo como ellos señalan el poder los han ganado en las urnas; desconociendo de esta manera cualquier posibilidad de participación de los diferentes actores sociales y políticos que existen en el país.
Con el presidente Correa a la cabeza, el buró político de Alianza País, dirime sobre cualquier tema de trascendencia nacional, como la ley minera, la de aguas, la de educación superior, la de comunicación, la de ordenamiento territorial y hasta el destino del Fiscal General de la Nación, Washington Pesantes.
El anhelo de los ecuatorianos por una verdadera participación democrática de vastos sectores sociales del país, en la construcción de un nuevo estado, ha quedado una vez más trunco; vaticino que regresaremos a aquel círculo vicioso, en donde los gobiernos sucesores deshacen lo hecho anteriormente.
Por otro lado el movimiento indígena no ha podido madurar políticamente en estos veinte años de protagonismo nacional, sus petitorios de tono etnocentristas, una vez más se centran en la intangibilidad de los recursos naturales de sus territorios, la educación bilingüe y la defensa de migajas como el Codenpe, entre otros.
Veo la necesidad de que el movimiento indígena debe hacer una recarga intelectual y política, más que una depuración debe refrescarse a nivel de su dirigencia nacional, recalco una vez más que se debe trabajar en la construcción de una propuesta que cimiente el nacimiento del marco legal, para la plena consecución del estado plurinacional.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Jóvenes y globalización

Toda transformación dentro de una sociedad, conlleva aspectos positivos y negativos, en menor o mayor proporción de acuerdo a la dinámica circunstancial; podemos señalar que los otavalos somos proclives a los cambios, pero esos cambios no deben ser tan abruptos ni caóticos, como en el caso de la juventud indígena, que en los últimos años han aparecido con modas y tendencias culturales demasiadas extrañas a nuestra realidad étnico-cultural.
Por ejemplo hasta hace poco, para el Pueblo Kichwa Otavalo, cortarse el pelo largo, era considerado un gran sacrilegio, so pena de expulsión de una comunidad; más aún ese acto era una sentencia o castigo a los ladrones atrapados en flagrante acto dentro de una comunidad indígena. Hoy parecería que muchos de nuestros jóvenes cayeron dentro de ese dictamen delictivo.
Estamos claros que estos son tiempos de la informática y la globalización, que las culturas pequeñas y débiles del mundo, serán absorbidas por la cultura occidental, pero considero que este no es nuestro caso, somos un pueblo reconocido y de raíces antiquísimas, con un gran sentido de identidad y de apego a nuestra tierra y al tayta Imbabura; por lo que tenemos el reto de saber confluir el modernismo con las tradiciones autóctonas.
Lejos de pregonar un etnocentrismo irreal o fantasioso, considero que las transformaciones culturales deben realizarse, sin lesionar aspectos vitales de identidad, como por ejemplo en nuestro caso, el pelo largo en hombres y mujeres, el idioma y la llamada cosmovisión; para esto a más dirigentes, activistas culturales y padres de familia, necesitamos políticas estatales bien definidas, fundamentadas en el aspecto plurinacional y pluricultural del estado ecuatoriano.

Año nuevo, mismas reflexiones.

Según el calendario gregoriano al que estamos sujetos en occidente, comenzamos un nuevo año, el 2010; el cual esperamos sea de grandes satisfacciones para todos los pueblos indígenas, los ecuatorianos y la humanidad entera. Todos tenemos la responsabilidad de contribuir en la construcción de un mundo mejor, un mundo sin guerras, sin hambre y con un alto grado de respeto a la madre naturaleza y al ser humano.
Instamos más que todo a los líderes mundiales a tomar un poco más de seriedad, frente a los grandes problemas ambientales, la distribución de la riqueza, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y a la libertad. Esperamos que cumbres como la de Copenhague – Dinamarca, que tratan temas ambientales de vital importancia, sean realmente positivas para el planeta y sus habitantes.

Dentro del aspecto político organizativo, en nuestro país han pasado cerca de 20 años, desde el primer levantamiento indígena que se produjo en 1990, en los cuales, a pesar del esfuerzo del movimiento indígena ecuatoriano, no se han logrado grandes transformaciones políticas, más que todo en la construcción del estado plurinacional; al identificar aspectos relevantes en este tema, solo nos remitimos al tema de la educación bilingüe, que se ha estancado hace mucho tiempo; el tema de la salud indígena, que no ha superado el mero folclorismo y el tema del Codenpe, aunque oportuno, solo dio remedios a necesidades inmediatas y superficiales en términos políticos.

Hemos insistido en la necesidad de que el movimiento indígena debe abrirse en temas políticos y construir una base ideológica sólida, sujeto a realidades actuales e históricas, para proponer a la sociedad ecuatoriana un modelo de desarrollo alternativo, efectivo y más que todo intercultural, sin las perversidades del capitalismo o la quimera del socialismo ortodoxo.