En la cordillera peruana, al descender hacia un extenso
valle andino, el anaranjado tejado de sus casas se impregna rápidamente en las
pupilas de nuestros ojos, dándonos una sensación de frescura, donde la
naturaleza andina se fusiona armoniosamente con las construcciones de la
ciudad, en este caso, la de Cusco. Ya dentro de la ciudad, la riqueza
arquitectónica tradicional y la infraestructura turística, impresiona a
cualquier visitante: construcciones de corte colonial que conservan la
cimentación de la ciudad imperial de hace cinco siglos; iglesias, catedrales y
edificios que convergen entonadamente con lo andino, entre otras maravillas.
Aunque la ciudad de Cusco tiene el privilegio histórico de
haber sido la capital del Tahuantinsuyo y contar con el complejo arqueológico
más importante de América, sin pretender ser arribistas debemos anotar algunas
particularidades con la ciudad de Otavalo: las dos asentadas en una llanura
andina, rodeada de mágicas montañas, provienen de la profundidad histórica
precolombina; ambas caracterizadas por la gran riqueza cultural que poseen sus
etnias originarias. A esto se añade su particularidad turística y la belleza
paisajística de sus regiones. El siguiente dato nos debería llenar de asombro y
una sana envidia: aproximadamente un millón y medio de turistas visitan la ciudad
de Cusco y sus atractivos anualmente; no sé si a Otavalo llegarán por lo menos
unos cien mil.
Haciendo una comparación con la ciudad de Otavalo,
definitivamente aquí estamos remando hacia el despeñadero en términos de visión
e inversión turística, desde hace más de treinta años. A pesar de que se
arregló la presentación de las dos principales vías que atraviesan nuestra
ciudad, con sus veredas y todo, nunca se pensó en mantener y fortalecer la
identidad andina de nuestra ciudad, a la que ya me he referido en algunas
ocasiones. Aquí se permitió desnaturalizar la identidad arquitectónica, al
permitir la construcción de cajas de cemento como viviendas, y tenemos entendido que lo siguen haciendo,
con más ahínco; me refiero al nuevo edificio de la Cooperativa “Pilahuin Tio”
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