domingo, 3 de enero de 2016

¡Felicidades!

Ahora que comenzamos un nuevo año, el 2016, y luego del merecido festejo, no está por demás reiterar mi deseo de éxitos y felicidades a todos los amigos y amigas, con los que compartimos este espacio de opinión, unos escribiendo y otros siguiendo mediante la lectura reflexiva. Aunque resulte una frase trillada y creada solo para justificar o disculparse de nuestros burdos errores, sabemos todos, que los seres humanos no somos infalibles, no somos perfectos, y en esa medida seguramente algún rato nos equivocaremos en nuestros actos y apreciaciones de nuestra existencia, de la realidad o de la visión política; pero más allá de esa realidad, quisiera recalcar nuestro enorme esfuerzo intelectual en calidad de columnistas, para no cometerlo, para saber delinear nuestra perspectiva por el camino más idóneo hacia la razón, la justicia y el bien común; de esta forma cumplir a cabalidad nuestro papel de comunicadores, de gestores de opinión pública y más aún, de ser los portavoces de una parte muy importante de la sociedad.

Aunque bajo la situación política y económica que nos apabulla, resulte contrario presagiar un año lleno de prosperidad y paz, es importante reconocer que nuestros deseos pueden materializarse, todo depende de nuestra actitud. Si respondemos a la crisis con mucho ingenio y trabajo, sabremos superarlo seguramente; por otro lado, si nos llenamos de humildad y sensatez, podremos reconstruir fácilmente la unión y la fraternidad entre todos y todas. El reto es ir sumando, no restando ni dividiendo; construyendo no destruyendo, mirando más allá de nuestros propios intereses o los intereses de grupo. Con toda esa posibilidad, nos llenamos el corazón para recalcar nuevamente nuestro sincero deseo de que en el nuevo año, la divina providencia les colme de bendiciones y que sus deseos de felicidad se cumplan a cabalidad. ¡Buen año para todos!

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