Aquí no hay un espacio para la insensatez o para la locura.
O estás en contra del terror o estás a favor de ella, venga de donde venga. El
ataque perpetrado por extremistas islámicos al rotativo satírico francés
Charlie Hebdo, en la que perecieron 17 personas, incluido reconocidos
caricaturista y periodistas europeos, constituye la expresión más genuina del
fanatismo y la barbarie, que no puede ser visto desde una perspectiva
ideológica. Esta es la razón por lo que el mundo entero, incluido musulmanes,
ha condenado este hecho que hiere profundamente al mundo civilizado occidental.
Como no podía ser de otra manera, incluso el Presidente ecuatoriano hizo acto
de presencia y solidaridad, con un grupo de manifestantes que se habían
concentrado frente a las instalaciones de la Alianza Francesa en Quito, en
solidaridad con las víctimas. Bajo la consigna de “Yo soy Charlie”, gente común
y corriente, periodistas y caricaturistas de todas las latitudes han expresado
su repudio a este hecho, y en París se realizó una marcha multitudinaria nunca
antes vista, a la que se unieron varios reconocidos líderes europeos.
En nuestro país los hechos del semanario Charlie Hebdo,
sorprendieron en una coyuntura nacional compleja, en la que caricaturistas
nacionales son constantemente cuestionados por el poder. Recordemos que Xavier
Bonilla, más conocido como “Bonil”, fue sancionado por la Superintendencia de
la Comunicación en febrero de 2014, y por hoy enfrenta otro proceso en esta
dependencia estatal de control. Poco antes de los incidentes de Charlie Hebdo,
Fernando Alvarado, secretario de Comunicación del actual gobierno, envió una
carta a un importante diario nacional, en contra de la publicación de una
caricatura de Roque Maldonado. Curiosamente la audiencia contra “Bonil” en la
Supercom, fue pospuesta para el 9 de febrero.
El templo del librepensamiento y la libertad de expresión,
es el templo más sagrado que cualquier templo de alguna fe religiosa, de las
tantas que existen en el mundo. ¿Tan difícil resulta comprender esto?
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