Seguramente al igual que en muchos hogares, los padres de
familia más que todo, nos damos tiempo para reflexionar, incluso filosofar
sobre la vida y nuestra existencia. Y la frase con la que sintetizamos esta
reflexión es: ¡qué rápido que han pasado estos años! Parece que ayer nomás
sentíamos algo de miedo frente a las catástrofes anunciadas por el fin de
siglo, eran los últimos días de 1999. Pero nada de lo potencialmente imprevisto
sucedió, ahora han pasado prácticamente una década y un lustro, de aquel umbral
que dividía dos centurias; los que vieron luz en aquella época, hoy
prácticamente serán unos señores y unas señoritas.
La vida es un suspiro profundo que nos brinda Dios o la
naturaleza, para poder sentir y contemplar nuestro universo próximo, según la
creencia de cada uno de nosotros. Es nuestra responsabilidad para aprovecharla
en su cabalidad, y esa responsabilidad se sintetiza en aquella frase atribuida
al desaparecido actor humorístico mejicano Mario Moreno, quién decía que la
razón de nuestra vida es “ser felices y hacer felices a los que nos rodean”,
eso sería el propósito más sensato que lo deberíamos asumir. La vida no es solo
trabajo y trabajo, dinero y más dinero, la vida es reír, la vida es amar, es
compartir, es comprender. Pepe Mujica, aquel extraordinario político de las
huestes latinoamericanas decía, “que pobre no es aquel que no tiene dinero,
pobre es aquel que necesita”, en ese sentido habrán muchos “pobres ricos y
ricos pobres”, solo depende de la perspectiva con la que tomemos la vida.
Es emotivo para mí, poder llegar con mis opiniones sobre la
vida, la política y tantos otros temas, hacia ustedes, que es la razón de ser
de un articulista que “sacrifica” un poquito de su tiempo, para compartir sus
reflexiones a través de la palabra escrita, gracias a la gentileza de un medio
impreso de comunicación. Hago extensible el deseo de felicidad y dicha a cada
uno de ustedes, que la salud, el amor y el éxito, colmen de bendiciones durante
el transcurso del presente año 2015, son los deseos sinceros de su amigo y
servidor, Raúl Amaguaña Lema. ¡Feliz año!
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