Era como las dos de la mañana de un fin de semana cualquiera, en la ciudad de Otavalo de hace aproximadamente un cuarto de siglo, venía en mi motocicleta en una de mis andanzas juveniles, cerca de la Plaza de los Ponchos, distingo a otro muchacho indígena que me hace parar con insistencia, me detengo, sin mayores explicaciones se monta en mi moto, yo entiendo y arranco enseguida. El “pana” había sido de Peguche, comunidad cercana a Otavalo. Después de varios años me encontré con este “compañero”, ya en una situación tranquila me explicó de aquel incidente. Resulta según me dijo, que una jorga de mestizos lo había acorralado de esquina a esquina para agredirlo, y que yo había llegado justo en el momento preciso; recuerdo que el agradecimiento hacia mí, fue emotivo y sincero.
La clásica y tradicional canción del grupo Winiaypa, titulada Chuchaqui, que por cierto es una de las mejores fusiones kichwas con ritmos contemporáneos, cuenta otro de los tantos incidentes étnicos entre indígenas y mestizos, que era muy común hace unas dos décadas. Muy a menudo al encontrarse con un grupo de muchachos mestizos, sin razón alguna lanzaban improperios a los indígenas, como: “indios”, “longos”, “roscas”, entre otros. Las relaciones entre los indígenas que empezaban a tomarse Otavalo y cierto sector de mestizos reaccionarios eran tensas. Recordemos que en 1996, Verónica Barahona, chica indígena que pretendía participar en la elección de la Reina del Yamor, fue rechazada contra todo razonamiento, por razones étnicas. Por esas mismas fechas las autoridades municipales de ese entonces, pretendieron sacar el monumento a Rumiñahui del parque central, sin conseguirlo.
Indudablemente el ascenso de Mario Conejo a la alcaldía de Otavalo, inauguró un nuevo periodo dentro de las relaciones interétnicas en la ciudad, y podemos decir que hemos avanzado. En mi caso por ejemplo a más de la fluida vida social entre amigos y familiares “runas” dentro de la ciudad, tengo muchos amigos mestizos con quienes hemos compartido alegrías y tristezas dentro de una sincera camaradería.
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