“Dígame licenciado”- “licenciado”-“gracias, muchas gracias”,
son frases muy conocidas de la popular serie televisiva humorística “Los
Chifladitos”, del mexicano Roberto Gómez Bolaños, más conocido como Chespirito.
Hago esta colación con el afán de hacer notar, que esto de usar y personificar
los títulos académicos en forma indiscriminada, podría responder a un complejo psicológico
de amplio análisis. Estimo que se los usa, para presumir de inteligente y
estudiado, para pretender posesionarse por encima de los demás. La misma
intención delata muy poca inteligencia y un profundo sentimiento de
inferioridad y baja autoestima.
Antes, en tiempos arcaicos, hablo de hace 30 o 40 años, el
uso de títulos académicos como pronombres, debió ser algo normal por
excepcional. Entiendo que esta costumbre por hoy se remite a lo pueblero y
provinciano; no sorprende encontrar todavía, una letanía de licenciados,
ingenieros y abogados, hasta en un “parte mortuorio”. Esta situación contrasta
hoy, cuando las sociedades evolucionan hacia una convivencia igualitaria, el
respeto a las diferencias culturales, la prohibición absoluta a cualquier tipo
de discriminación social. Es de notar que particularmente en países
anglosajones y más acá en prestigiosas universidades, el trato por ejemplo
entre alumnos y profesores, es de igual a igual, como debería ser en todo lado.
Los títulos académicos sirven para presentarse a un trabajo
y nada más, ni siquiera para colgarlos en la sala; me atrevería a decir que a
veces ni siquiera para presentarse a un trabajo, pues aunque el título es un
respaldo, no garantiza el dominio de destrezas en la supuesta especialización. Conocido
es el dicho: “Hay genios sin educación primaria, y pendejos con doctorado”.
Alguien muy sabiamente dijo que, después de la universidad, uno realmente
empieza a aprender, y el aprendizaje no tiene plazo, es continuo y permanente.
Si uno de los grandes sabios griegos de la antigüedad, Sócrates, dijo: “Solo
sé, que nada sé”, ¿por qué deberíamos ir presumiendo nuestro título académico
colgado en nuestro pecho?
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