Al finalizar el año 2013, es importante hacer un balance
general de la situación económica, social y política del país. Hay que
reconocer que la hegemonía política todavía se rotula con Alianza País y seguro
que lo tendremos para un buen rato. Reconozco el enorme interés puesto por el
líder máximo del movimiento político gobernante, de cambiar el país, sus
instituciones, su cuerpo legal y hasta la mentalidad del común de los
ciudadanos y ciudadanas, de una forma pragmática. A la infraestructura y la
obra social desarrollada por el gobierno de la revolución ciudadana, hay que
reconocerlo, es importante; más aún si es avivada por un despliegue
propagandístico sin precedentes a su gestión. Es innegable el liderazgo y las
buenas intenciones de Rafael Correa, pero no bastan solo esos dos elementos a
la hora de construir un país próspero y democrático. Mucha gente no vacila a la
hora de afirmar que es el mejor presidente que hemos tenido, esto puede ser
cierto, en todo caso la historia sabrá juzgarlo acertadamente.
Pero también hay que reconocer que esta aparente realidad,
no es exactamente como se lo pinta. Las libertades en el Ecuador están en
entredicho según varios organismos internacionales. En los últimos años
prácticamente hemos tenido un segundo boom petrolero. Últimamente sí hubo
dinero. Recordemos que el barril de petróleo subió de 25 a 100 dólares y con una producción de medio
millón de barriles diarios, otros dos mil millones de dólares anuales en
remesas de los migrantes, préstamos abultados de China, e incluso dinero
proveniente de negocios ilícitos que circula por el país, digamos dinero
lavado. Si se ha concretado una gran infraestructura a nivel nacional, no es
por la benevolencia del gobierno de turno, sino porque hemos tenido años
generosos económicamente, y la dolarización, el dólar del odiado imperialismo
al que todos amamos, contribuyó a este efecto, sino los revolucionarios verdes
seguro lo hubieran desechado. Ahora hay la sensación de que nos hemos gastado
todo y el Presidente ha sido claro: “Vienen dos años difíciles”
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