Hace más de veinte años cuando acababa de graduarme en la
secundaria, al igual que muchos jóvenes de la época, dado el carácter romántico
y rebelde propio del mocerío incipiente,
y dado también a las recientes luchas revolucionarias en Centroamérica, incluso
la intentona revolucionaria de Alfaro Vive Carajo en nuestro país; tenía serias
aspiraciones de enlistarme en las filas de la afamada guerrilla de las FARC.
Aprovechando los viajes de mi progenitor por el oriente colombiano, y con el
objetivo de conocer de cerca aquellos inhóspitos parajes donde operaba la
insurgencia colombiana, me embarqué en un recorrido que duraría varias semanas.
En el oriente colombiano, como en los departamentos de Putumayo, Meta,
Guaviare, entre otros; el ambiente difería al que reinaba en el extremo sector
metropolitano del país. Existían pueblos y provincias enteras donde no se “sabía”
de la existencia del Estado colombiano; y claro, ahí se comía bajo la ley y el
orden de las FARC, que lo controlaban todo. Ventajosamente decliné de mis
aspiraciones revolucionarias, y ahora después de un lento proceso de madurez
ideológico-político, me identifico plenamente como un demócrata de centro
izquierda.
La insurgencia nace como una respuesta al acaparamiento del
poder por cierto sector de la sociedad, o por un caudillo. Los zares en Rusia,
la dinastía imperial en China, Batista en Cuba, Somoza en Nicaragua, liberales
y conservadores en Colombia; para citar algunos ejemplos. La insurgencia a
pesar de que suene fabuloso dentro del lenguaje revolucionario, cobra muy caro;
miles de muertos y desplazados, miles de millones en dólares perdidos, y lo que
es más; un pueblo demacrado por la guerra en su psicología por muchas
generaciones.
La noticia del presidente Juan Manuel Santos, de que su
Gobierno ya ha iniciado acercamientos con la guerrilla de las FARC, para el
tema de pacificación; ha levantado un entusiasmo generalizado. Aspiramos que a
diferencia de otras negociaciones, esta sea la definitiva. Bienvenida la paz y
la unidad a Colombia y a América Latina.
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