Los resultados del plebiscito refrendatorio de los acuerdos
de paz entre el Gobierno colombiano y las Farc, más que un golpe a la política
pacifista del presidente Santos, sorprendieron al mundo entero. La negativa del
pueblo colombiano se impuso muy apretadamente, a la voluntad de terminar de una
vez por todas con este conflicto bélico, que ya va por medio siglo de duración,
con las debidas consecuencias graves que genera una guerra interna en cualquier
país del mundo. Se podría relucir varios factores para semejante resultado:
uno, la campaña por el no, del expresidente Álvaro Uribe, que representa la
expresión viva de ciertos sectores de la extrema derecha colombiana, que
cuestionan los acuerdos logrados en la Habana Cuba, por según ellos, otorgar
demasiadas concesiones a la guerrilla. Dos, la poca participación ciudadana en
el proceso electoral. Recordemos que en Colombia el voto no es obligatorio y se
puede notar que solamente alrededor del 50% de los votantes calificados,
participan en este tipo de procesos, lo cual hace concluir que un amplio sector
de colombianos, de los sectores populares y periféricos que sufren o sufrieron
crudamente los embates del conflicto armado, no pudieron refrendar su decisión
en voto, sobre este tema.
No se puede interpretar arbitrariamente este resultado, como
la elección del pueblo colombiano por la guerra. La decisión es un llamado de
atención para que los involucrados revisen nuevamente este acuerdo y se
replantee las resoluciones. Es sumamente necesario que los líderes de las
partes, asuman con delicada responsabilidad, el alto al fuego bilateral y no
escatimen esfuerzo alguno, para definitivamente lograr la paz en el vecino país
hermano. El reto político y la responsabilidad histórica para el presidente Santos, es monumentalmente
enorme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario