jueves, 17 de marzo de 2016
Por fin una obra
Comunidad kichwa de Agato
Hace más de siete décadas que varios kichwas de las comunidades otavaleñas de Quinchuquí, Agato y Peguche, comenzaron a establecerse definitivamente en las ciudades de Ibarra, Otavalo, Cotacachi e incluso en urbes más alejadas dentro y fuera del país. Una de las razones principales de este éxodo, fue la de buscar nuevas fuentes de subsistencia económica, ligadas al comercio y a la artesanía, en otras palabras se buscaba el desarrollo o mejores condiciones de vida. Estas comunidades indígenas al igual que otras adyacentes a la ciudad de Otavalo, han contribuido enormemente al desarrollo económico del cantón y la provincia, sin haber sido retribuidos con justicia, por parte del Estado y de gobiernos locales, tal como se merecían; para muestra rememoremos por ejemplo, el tortuguismo en la ejecución del proyecto de agua Pesillo Imbabura.
Hace unos pocos años, alarmado por la situación intransitable de las carreteras que colindan estas comunidades, desde este espacio, hacía un llamado a las autoridades correspondientes, para que se compadezcan de esta realidad. Con gran satisfacción debo comunicarles, que por hoy la Prefectura está a punto de culminar con el adoquinado de la vía que une, Ilumán con el sector de Chilcapamba en la laguna de San Pablo. Esto lógicamente permitirá mejorar las condiciones de vida de miles de familias de esta región. Personalmente considero que carreteras y medios de comunicación, son las bases del desarrollo.
El concepto de desarrollo es ambiguo y relativo; tiene diferentes interpretaciones, según diferentes conceptos de la vida; para muchos centrados en formas de vida ancestrales, la tecnología, el cemento, el adoquín, no pueden representar justamente un desarrollo acorde a sus exigencias, pero las diferentes interpretaciones del desarrollo convergen en dos cosas: satisfacción y mejor calidad de vida.
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