jueves, 4 de julio de 2013

Entre el odio y el perdón

El odio es uno de los peores enemigos de la humanidad. Por el odio y los complejos se han cometido los crímenes más atroces en la historia, y se lo sigue cometiendo. Los conflictos y las guerras fratricidas en el Oriente Medio, son un claro ejemplo de ello. Por esa razón se debe tener mucho cuidado con los conflictos políticos a nivel de nuestros países. En una sociedad polarizada ideológicamente, el odio podría encontrar muy peligrosamente su caldo de cultivo, y no queda por demás, hacer un llamado a los gobiernos y gobernados, a fijar su mirada hacia el respeto, la reconciliación, el diálogo y los acuerdos mínimos en pro de una sociedad pacífica.

Magnífico, impresionante, conocer la historia y la transformación militante de uno de los hombres más grandes del siglo XX; sí, hablo justamente de Nelson Mandela, hombre que encarna los valores del perdón y de la reconciliación, por haber sido víctima del irracional sistema político sudafricano del Apartheid, y después de pasar 27 años en prisión, regresar, triunfar en las elecciones presidenciales de 1994, y de lleno renunciar a la venganza contra la minoría blanca sudafricana. “El perdón libera el alma, hace desaparecer el miedo. Por eso el perdón es un arma tan potente” dijo Mandela con sabia razón. Luchador eterno por su pueblo, curiosamente permaneció fichado en Estados Unidos como terrorista hasta 2008.

Pero lo más destacable de Mandela fue o es, su condición de ser humano y no la de un santo como mucha gente creía al principio; humanidad reflejada en su afán de evolucionar como hombre, de transformar sus ideales, de reconocer que en política los dogmas no tienen cabida, de optar por construir en vez de destruir, de perdonar. Recordemos que una de las rupturas en la vida política de Mandela se produjo tras su liberación en 1990, cuando después de haber orientado y creído que la lucha armada sería la única vía para doblegar al poder blanco, abandonó los marcos y las referencias marxistas o socialistas profundas de pensamiento y acogió un marco casi liberal.

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