En respuesta al capitalismo surgieron otras corrientes de
pensamiento político como el socialismo o el comunismo, que tampoco tuvieron o
tienen una solución a la problemática socioeconómica global, y para muestra
basta ver la voracidad del imperialismo chino que ostenta suplir la hegemonía
estadounidense. El capitalismo, detrás de una aparente prosperidad mundial,
esconde las más terribles injusticias. El 1% de las personas más ricas del
planeta posee el 40% de la riqueza global. A pesar de que existe suficiente
alimentación en el mundo, 854 millones de personas pasan hambre, de esa cifra
la mayoría corresponde a mujeres y niñas; a esto se suma la destrucción del
planeta.
Si pretendemos dar una utópica matriz de coexistencia y
supervivencia humana, nos encontraremos con una cantidad de contradicciones
marcadas por la lógica naturalista y otras por el raciocinio humano. En fin, el
capitalismo como estructura económica vigente, se percibe que está en
decadencia; y si el hombre ha podido desintegrar el átomo y descubrir el genoma
humano, por qué no crear un nuevo orden mundial de avanzada.
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