Es sumamente impresionante que sin la ayuda de computadoras,
telescopios, satélites y demás artefactos de la ciencia contemporánea, los
antiguos mayas hayan desarrollado su ciencia astronómica, con exactitudes que
hoy impresionan a los más aclamados científicos del mundo; una pequeña muestra
de que las antiguas civilizaciones de este continente, estaban quizás más
adelantadas que las mismas sociedades occidentales de la época. Por hoy un
pequeño documento de esta antigua civilización, ha inquietado enormemente a la
actual civilización moderna del siglo XXI; el documento alude un fin, un
término abrupto del extenso calendario maya, exactamente este día 21 de
diciembre de 2012, en pleno solsticio de invierno.
Las conjeturas que se han creado en torno a esta fecha, son
muchísimas. Se habla de alineación galáctica, hecatombes, tormentas solares,
inversión magnética, fin del mundo o simplemente el fin de una era, la Era de
Piscis y el comienzo de la Era de Acuario, que según la tradición astrológica
occidental, marcaría el renacimiento de la especie humana, en alusión a su ser
y a su naturaleza; suposiciones de dudosa base científica, que confunden al más
incrédulo de los mortales.
El ser humano es ávido de cambios, su curiosidad no tendrá
límites. Es la razón para tanta novelería de todo precio con respecto a este
tema. Sin embargo es importante precisar que el hombre y el planeta tierra, no
son invulnerables, así es que a dejar la soberbia a un lado al momento de
burlarse de todas estás predicciones. Nadie sabe exactamente cuando, pero de
que el fin del mundo viene, viene.
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