viernes, 23 de febrero de 2018

Vida pasajera

Casi nunca reflexionamos sobre nuestro breve paso por este mundo. Muchas veces nos sumergimos completos en nuestras actividades económicas, en nuestro trabajo. Planificamos a largo plazo y nos enfocamos en cumplir esas metas, muchas veces sin importar a qué costo. Muy seguido nos convencemos erróneamente de que el éxito personal y familiar, se centra en el éxito económico y material. Cuan equivocados estamos al darnos cuenta, de que nuestra existencia es frágil y relativamente corta, como para desperdiciarla en suntuosidades. Existe otra manera de ver el mundo, aunque la sociedad actual tenga algunos antivalores prestablecidos, que se han hecho una especie de norma común, y que en algún momento es necesario romper; esa manera de concebir la vida, se centra en la felicidad minimalista, en disfrutar cada momento de la vida como si fuese el último, sin complicación alguna.
   
El fin último de nuestras vidas, como se ha repetido, es “ser felices y hacer felices a los demás”. Es necesario dar un nuevo enfoque a nuestra existencia, mientras tengamos la oportunidad de hacerlo. Expresar un “te quiero”, un “te amo” a nuestros seres queridos; brindar un abrazo, un saludo fraterno a nuestros amigos y familiares, saber perdonar las equivocaciones y también saber pedir perdón por nuestras malas acciones. Compartir juegos con nuestros pequeños y ser testigos privilegiados de su crecimiento personal. Conquistar una buena amistad con nuestros adolescentes. Saber divertirse, pero también saber equilibrar nuestras vidas con hábitos saludables como el deporte. Lograr que nuestros niños se sientan amados y seguros, al igual que nuestros mayores. Madrugar hacia un lugar predilecto para poder contemplar toda la magnificencia de un nuevo amanecer, escuchar la dulce y fascinante melodía de la naturaleza pura. Mirar el cielo nocturno y poder contemplar la grandiosidad del cosmos; son pequeñas y sencillas cosas que nos harán descubrir, lo bella que es la vida.

No hay comentarios: