viernes, 3 de marzo de 2017

Buscando nuevas luces

No hace falta tener la visión, ni la inteligencia de un genio, para darse cuenta de que la humanidad no ha conseguido a estas alturas, madurar su conciencia como un ser racional; hasta ahora, a sus mismos ojos, el único en el universo conocido. A pesar de los grandes descubrimientos en el área de las ciencias y de la técnica, y del dominio que ostenta poseer sobre ciertas fuerzas de la naturaleza, y a pesar de las grandes riquezas acumuladas, el humano no ha podido establecer un esquema de justicia social aceptable a nivel global.

El sistema económico mundial en estos últimos siglos, baila satisfecho al son del capitalismo, un capitalismo inhumano que denigra a los pueblos del mundo, un capitalismo que ha prostituido el bien supremo de hombre-mujer, la libertad. Bajo este contexto y en medio de la sensibilidad social de grupos intelectuales y de trabajadores, surgió más que todo en la segunda mitad del siglo pasado, como una alternativa al modelo capitalista, la fe y la esperanza en el marxismo y el socialismo, que se plasmaron como un ejemplo para los pueblos del mundo, desde la Revolución Rusa, la revolución del Mao en China y la misma Revolución Cubana. Pero con los años fuimos testigos del derrumbe de la URSS y somos testigos de la “pragmática” transformación del Imperio Chino, por hoy, baluarte del más voraz capitalismo de estado. Del proceso cubano, ni qué hablar. Con el experimento del llamado Socialismo del Siglo XXI, parece que el modelo socialista-marxista autoritario, quedaría discontinuado a estas alturas en la cadena de producción intelectual, tendiente a proponer un modelo de estado; por una sencilla razón: este modelo simplemente no funciona. Como alguien diría: “el remedio resultó peor que la enfermedad”.

La ambición humana tiene que ser domesticada y por ende el capitalismo reinante debe ser abolido a escala global, como una macro-estructura. La transición hacia un nuevo orden mundial más justo, seguramente será costosa y dolorosa, pero necesaria. Es momento desde los más fervientes corazones, desde las mentes más sensatas, desde la política, desde los países del norte y del sur, empezar a remover los cimientos de la injusticia social a escala mundial, centrándose en la búsqueda de nuevas luces.

No hay comentarios: