sábado, 7 de enero de 2017

Poder Judicial maniatado

No existe peor mal que la Justicia esté en total dominio y control del gobernante de turno. Una justicia como instrumento de persecución a la disidencia y garantía para la perpetuación del poder que ostentan. Realmente es una aberración a la democracia que sojuzga a sus propios conciudadanos, permitiendo las peores arbitrariedades e injusticias; esto a la vez se transforma en caldo de cultivo para la rebeldía y la insurrección. Puede ser seguramente el combustible que ha iniciado los mayores conflictos internos alrededor del mundo. Por eso la necesidad de adoptar aquel principio desarrollado hace ya siglos, por el pensador francés Montesquieu, la división de poderes dentro de un Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Pero la división y la autonomía de poderes más que un enunciado constitucional, debe ser efectiva y práctica. De ahí la necesidad de construir una institucionalidad democrática fuerte y duradera.

Las sociedades modernas y sus democracias, que por cierto no son totalmente perfectas, han adoptado en sus constituciones políticas, este principio de división de poderes, para garantizar de alguna forma la independencia de estos poderes del Estado. De esta manera se pretende garantizar que cualquier ciudadano o ciudadana, desde el más humilde obrero hasta el presidente de la república, esté sujeto a las leyes del país en igualdad de condiciones. Eso garantiza que incluso los más poderosos obren de acuerdo a la ética y normas legales que rigen una sociedad. Existen países en donde se han sentado a presidentes en el banquillo de los acusados y han sido juzgados. Pero también existen países totalitarios o con esa tendencia, donde el poder judicial está pintado al capricho y servicio del caudillo de la época. En el último de los casos existe la propensión de llenar las cárceles más que con delincuentes, con opositores políticos. También pueden maniatar al Poder Judicial para que sus cogobernantes y afines al régimen de turno, sean exonerados de algún delito, dando riendas sueltas a la impunidad. De ahí la necesidad de reconstruir un Poder Judicial totalmente independiente. Debe haber una forma.

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