domingo, 15 de enero de 2017

Nuestro atuendo de gala


Con el inicio de un nuevo año gregoriano y el devenir de las fiestas de Carnaval y el Pawkar Raymi, comienza también para los kichwa-otavalos la “temporada alta” de los compromisos sociales; me refiero la época dedicada a los “raymis” familiares. Esto se debe en parte, al retorno de los comerciantes kichwas viajeros, principalmente del norte, que esquivando el frío invernal y la desaceleración del comercio, aterrizan en su país de origen. Es conocido en el sector de Otavalo, que a más de las festividades públicas, se realizan un sinnúmero de matrimonios, bautizos, wasipichay´s, confirmaciones, entre otros. Realmente es temporada alta en la zona, si se habla de la venta cerveza, licores, alquiler de carpas y sillas, contratación de grupos musicales o discos móviles, la demanda de alimentos propios y la venta de indumentaria tradicional.

Vestirse de gala Kichwa en su gama tope es realmente caro. Podría representar un gasto de 800 a 1000 dólares para los varones, y en el caso de las mujeres se podría extender más allá de los 2000 dólares, por el uso finos paños, joyas y manillas de coral antiguas; pero en los dos casos, se puede ajustar a un presupuesto más limitado. La vestimenta tradicional Kichwa-otavalo, llámese formal o de gala, se destaca por su sobriedad y elegancia, ocupa un lugar privilegiado entre la vestimenta tradicional de otros pueblos hermanos. Es muy importante para la revitalización cultural de nuestro pueblo, seguir utilizando el atuendo propio, por lo menos en espacios formales, festivos o de gala. La cultura se alimenta y se nutre de la vivencia cotidiana, del respeto y apego a sus expresiones y costumbres, del ejemplo que sembremos en nuestros hijos y nietos, no bastaría con proclamarla y quedarse pasivos. Los kichwas en general, al vestirnos de gala, reivindicamos el orgullo de pertenecer a un pueblo con identidad e historia, ratificamos el respeto a nuestros padres y antepasados, que supieron mantenerse en firme a su legado. Al expresarnos como runas, sencillamente demostramos algo de sabiduría.

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