viernes, 16 de noviembre de 2012

Entre llamas y llamingos

Supongo que todos tenemos algunas asperezas, pero siempre he considerado al compañero Auki Tituaña, sin menoscabar a ninguno, como el único indígena referente de talla nacional, en lo que tiene que ver con la política. Para comenzar Auki es un kichwa-otavalo a carta cabal, no como algunos que de indígena apenas tienen sus desgastadas trenzas. Graduado en Cuba, país socialista más famoso del mundo; por lo tanto conocedor cercano del modelo socialista cubano; no como otros que dicen ser de izquierda sin ni siquiera haber leído “El manifiesto Comunista” de  Marx y Engels.

Gestor de un modelo político administrativo, reconocido y premiado a nivel mundial; no como otros que solo se han pasado periodos prolongados de administración municipal, solo “planificando”. Un hombre preparado para enfrentar cualquier clase de circunstancias y hacernos quedar bien a los runas; no como otros que apenas sabrán utilizar un retrete.

Un compañero de ideales claros y coherentes; no como otros que ante la imposibilidad de pensar, encargan a otros que les den pensando. Un mashi de un verbo lúcido y transparente, sea este en kichwa o en castellano; no como otros que se han memorizado diez frases trilladas y pretenden ser oradores. Auki es un político sin tapujos ni disfraces; no como otros que se escuden tras las organizaciones, para politiquear y conseguir un “carguito” en las esferas estatales.

Los pueblos y nacionalidades del Ecuador van cambiando como cualquier sociedad, no son los mismos de hace 30 años, hoy existen jóvenes dirigentes que entre la academia y el emprendimiento, han trascendido más allá de su estrecha comunidad; profesionales, visionarios, quienes están en la capacidad de realizar un aporte real, hacia la gestión del Estado plurinacional. Pero también siguen aquellos inmutables de la vieja guardia dirigencial, encerrados bajo la pesadez de la intransigencia política. La verdad es que Auki estaba entre llamas y llamingos.

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