martes, 29 de septiembre de 2015

¿Dónde está la plata?

¿Cómo se ha  gastado el dinero de todos los ecuatorianos? Para ser sincero, creo que todavía nadie lo sabe con certeza, porque sencillamente la Asamblea Nacional y las entidades de control, nunca se dedicaron verdaderamente a la tarea fiscalizadora. Claro que ahí están las obras, pero ¿cómo lo financiaron? ¿Pagaron lo justo? ¿Nunca hubo alguna “mano negra”? Seguramente fuimos tan ilusos al convencernos de la cautivante proclama de “manos limpias y mentes lúcidas” que nos hicieron palpitar los corazones al principio. Esto a razón del informe de la investigación que se realizó a la construcción de la hidroeléctrica Manduriacu, ubicada entre Imbabura y Pichincha, por parte de la Comisión Nacional Anticorrupción, formada en julio con los miembros de la desaparecida Comisión de Control Cívico de la Corrupción.

El informe de la investigación basada en documentos oficiales de las empresas, Contraloría General y otras fuentes, proyecta una irregularidad escandalosa, donde se anota que habría existido un incremento del 82% del valor inicial de la obra, es decir 102’508.716,63 dólares, según se publica en un medio de comunicación. Se conoce que la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) hizo la contratación del proyecto, donde se firmó documentos junto a la empresa brasileña Odebrecht. Los miembros de la Comisión han señalado que la próxima semana se presentará una denuncia en la Fiscalía en contra de los presuntos responsables, de este aparente sobreprecio, entre las que figuran el representante de Celec, Odebrecht, la Contraloría, Tractebel-Caminosca, el consorcio fiscalizador y el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja en calidad de expresidente del directorio de Hidroequinoccio, creada por la Prefectura.

Esperemos que por fin el gobierno central, se dé un baño de coherencia y deseche definitivamente aquella frase que suponemos adoptaron como buenos camaradas: “entre bomberos no se pisan las mangueras”; santificando de esta forma la complicidad. ¡Mano dura contra la corrupción, sin mirar a quien!  

viernes, 18 de septiembre de 2015

Un asunto de padres

Hay un momento en que la vida te sorprende, y al darse cuenta ya eres una madre o un padre primerizo. El hecho de criar hijos es una responsabilidad sumamente grande, a la que muchos de nosotros nos hemos enfrentado muy jóvenes, en mi caso particular debo confesar que a la edad de dieciocho años, ya era padre y miembro de una sociedad conyugal. En la tarea de brindar a nuestros vástagos una sana educación, cuenta mucho nuestra propia experiencia como hijos o hermanos, y así el legado ético y cultural de nuestros padres, tiene mucha incidencia a la hora de transmitir educación a nuestros pequeños. En el caso de los kichwas es un proceso en la que prácticamente participa todo el “ayllu”, entre ellos abuelos, tíos e incluso bisabuelos; convirtiendo así el asunto educativo de nuestros hijos, en un asunto colectivo familiar.

A medida que crecen nuestros hijos, el asunto “crianza” se va complicando un poco más, porque aparecen nuevos “actores” dentro de la tarea educativa; como son los amigos, la sociedad o llámese comunidad, incluso los mismos medios masivos de comunicación. En ese afán de ir zigzagueando las cosas negativas de la vida, como también la de ir adquiriendo conocimientos un tanto indispensables y específicos que nos ha marcado la sociedad, se hace digamos que imprescindible, la búsqueda de un centro especializado en educación, llámese escuelas, colegios, universidades, entre otros. A medida de nuestras posibilidades los padres tratamos de brindar todo lo mejor a nuestros hijos, poniendo énfasis en la educación; es así que tratamos de buscar el mejor centro educativo a la que asistirán una buena parte de sus vidas.

Con mi experiencia como padre de familia, debo confesar también que contrariamente a lo que se pueda pensar, no existen centros educativos que sean idóneos en su totalidad. La base para que nuestros hijos sean exitosos y personas de bien, se los implanta en nuestros hogares, en nuestros propios ayllus. Cualquier decisión sobre nuestros hijos, por más insignificante que sea, seguro que para bien o para mal, va a afectar sus vidas. La responsabilidad básicamente es nuestra.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Migración y responsabilidad compartida

El origen del género humano se remonta al centro del continente africano, donde hace unos 5 a7 millones de años, aparecieron los primeros homínidos, separados de la rama de los chimpancés, los que evolucionaron durante millones de años, pasando por el Australopithecus, el Homo habilis, Homo erectus, hasta la única especie que sobreviviría hasta la actualidad, como es el Homo sapiens, al que pertenecemos todos los humanos de este planeta, sin importar nuestro color de piel y ciertos rasgos particulares de cada etnia o “raza”. El ser humano es por naturaleza, curioso y explorador, sujeto a múltiples fenómenos de migración a través de su historia, esto ha permitido poblar prácticamente todos los continentes del mundo,  garantizando también su supervivencia y desarrollo cultural.
Es deprimente ver en la actualidad el drama de los refugiados y migrantes en el mundo, desde los desplazados sirios que intentan llegar a Europa, pasando por los africanos embarcados hacia Italia, o los latinoamericanos que intentan llegar a Estados Unidos, hasta los colombianos expulsados en forma humillante de Venezuela. Se habla de la aldea global o de la ciudadanía universal, se fundan organismos internacionales de integración; pero más allá de estas románticas proclamas, solo se ha permitido priorizar la libre movilidad del capital transnacional, en desmedro del ser humano.

El mundo necesita un nuevo orden económico y social, basado en la libertad, la justicia y la solidaridad, donde el buen vivir se pueda construir en cualquier parte de nuestro mundo y las fronteras no sean más que un mero recuerdo. Curiosamente los migrantes intentan llegar hacia países donde prevalece la libertad y la cultura democrática; eso es lo que buscan, su modelo de vida. Para decepción de la camaradería militante, los migrantes no buscan llegar a Corea del Norte, Irak, Cuba o Venezuela. Aunque las potencias occidentales sean quienes legitiman de cierta forma la inequidad mundial, también es cierto que nuestros países no han sido capaces de construir estados sólidos, democráticos y soberanos.


viernes, 4 de septiembre de 2015

Fiesta en Imbabura

La deliciosa chicha, sea del Yamor o de la Jora; las doradas tortillas de papa, la sabrosa y tradicional fritada, el mote, el tostado y el picante “ají de piedra”, a esto se podría añadir los ricos helados de paila; todo esto realmente nos abre el apetito en esta temporada. Y es que una vez concluida la celebración kichwa del Inti Raymi, septiembre se configura como el mes del Kuya Raymi, es en este mes que la provincia de Imbabura, de manera particular las ciudades de Otavalo, Cotacachi e Ibarra, se visten de gala para sus tradicionales fiestas: el Yamor, la Jora y la de su Fundación, respectivamente; donde reluce su exquisita gastronomía.

La provincia de Imbabura, llamada también la provincia de Los Lagos, tiene todavía muchísimos atractivos, que la mantiene a pesar de su des fortunio, como un destino turístico preferencial a nivel del país. Su variada gastronomía, sus lagos, el espectacular paisaje imbabureño, la condescendencia de su gente, su reconocido pentagrama musical, su variada artesanía, junto a la riqueza étnica cultural, ha hecho que sea el punto de retorno de muchísimos visitantes nacionales y extranjeros. En su época de fiestas como ahora, Imbabura ofrece una variada programación para el disfrute de todos: competencias deportivas, presentaciones de artistas internacionales, bailes populares, eventos galantes, festivales de todo tipo, entre otros.

Más allá del radical dicho popular “chulla vida”, que no es más que un llamado al desenfreno y el disfrute como única filosofía de vida, las fiestas constituyen un punto de equilibrio social, dentro de los trajinares de la vida. El ser humano no está conminado solamente al trabajo, la responsabilidad y el estrés, sino que necesita de momentos de alegría y esparcimiento social, con el único requerimiento de que se lo haga sin excesos y sin daños a terceros, en otras palabras que lo disfruten sanamente. La invitación está hecha, Imbabura pluricultural y multiétnica los espera con el corazón abierto.